Ostería Bravissimo: el italiano que se inspira en la mujer que cocinó sus viajes

Frente al Parque del Oeste, este destino supone un ineludible para aquellos ávidos de probar nuevos sabores, inhalar aromas distintos y dejarse sorprender por cocinas internacionales con un puntito italiano.
Ostería Bravissimo el italiano que se inspira en la mujer que cocinó sus viajes
Ostería Bravissimo

El 2023 terminaba con un nuevo restaurante italiano en Madrid, Ostería Bravissimo, que poco después iba a resultar todo un éxito. ¿El secreto? Sin moverse de su mesa uno puede dar la vuelta al globo completa. Además, lo hace con una historia a sus espaldas. Porque todo comenzó, en realidad, allá por los años ochenta, al norte de Italia, en Cremona, zona interior de prados y bosques.

Había un niño llamado Lapo que pasaba muchos ratos en el restaurante de su tía Pinuccia, El Águila de Oro. A Lapo le gustaba sentarse a la mesa y ver y escuchar a las mujeres que charlaban mientras hacían los tortellini a toda velocidad. Otros jugaban a las cartas, pero en el local nunca faltaban la alegría ni la comida tradicional, herencia de la nonna. A su tío le gustaba viajar, especialmente a Argentina, país que adoraba y de donde trajo la primera parrilla de asado, que rápidamente se incorporó al restaurante.

Pero no fue solo la gastronomía argentina la que se introdujo en la cocina del Águila de Oro. La tía de Lapo tenía un libro de recetas francesas, que también entraron a formar parte de la carta, aderezadas con un toque italiano. Y después llegó la gastronomía asiática, latinoamericana y española, pues la cocinera no cesaba de viajar a través de los libros y sus cosmopolitas recetas.

Comida de aquí y de allá.Osteria Bravissimo
El local de Osteria Bravissimo es un propio viaje en sí mismo.Osteria Bravissimo

Quién le iba a decir a la dueña de este restaurante lombardo, que años después, su sobrino se inspiraría en sus recetas viajeras para abrir, en una de las mejores zonas de Madrid como es el Paseo de Rosales, su Ostería Bravíssimo. Frente al Parque del Oeste, este destino de aventureros gastronómicos supone un ineludible para todos aquellos ávidos de probar nuevos sabores, inhalar aromas distintos y dejarse sorprender por cocinas internacionales con un puntito italiano.

EL MUNDO EN TUS MANOS

Un toldo verde cubre la acogedora terraza, amueblada con sillas de cuadros verdes y blancos y un neón que reza Viajes Culinarios. Anticipo éste del recorrido que espera al traspasar el umbral de Bravissimo, cuya decoración ha sido obra de Paralelo Estudio, en concreto de los interioristas Simone Cammilletti y Laura Andreu, quienes buscaban reproducir tonos y elementos de los diferentes países de los que habla la tía de Lapo y así invitar a vivir una experiencia que permita viajar por todo el mundo.

Viaja por el mundo con toque italiano.Osteria Bravissimo

Las maletas colgadas de techo y paredes animan a hacer el equipaje para recorrer múltiples destinos, como lo hace la barra del bar donde la pintura de una bicicleta colgada de un globo pedalea el aire, entre nubes y países varios. Comienza el viaje.

Un rincón con bancos tipo Gaudí, abanicos, paelleras y sombres andaluces en las paredes, dice que se ha llegado a España. De frente, la vespa roja traslada al comensal a Nápoles en cuestión de segundos, que al poco está bajo una palmera cubana, que se codea con el típico toldo de rayas azules y blancas de las terrazas de París, como bien testimonia la botella de champagne que decora sus estanterías. Una librería entre medias y una máquina de escribir para el cuaderno de viaje da paso a la deliciosa cantina mexicana en la que alumbran unas lámparas vestidas de sombreros mariachis. No sin antes echar un vistazo al cuadro brasileño del Pan de Azúcar y la diosa viajera en bicicleta.

Ostería Bravissimo se encuentra en Pintor de Rosales.Ostería Bravissimo

El viaje se vuelve más interesante, cuando, de camino a los baños, una joven ciclista con cara de felicidad, recorre el mapa de Sudamérica, y a la entrada de los aseos, la cámara de fotos ha retratado a hombre y a una mujer para avisar del motivo de la puerta.

¿DESPEGAMOS?

Llega el momento de sentarse a la mesa, donde espera un billete de avión, hecho con pan ácimo de harina de trigo. Al saborearlo y como por arte de magia, traslada al viajero al lugar que elija y así inicia su propio viaje gastronómico.

La carta tampoco resulta un menú al uso. Su papel es color sepia y su caligrafía ochentera escribe títulos como “Check in”, bajo el cual se ofrecen platos de diferentes ciudades, países y continentes como el brioche de rabo de toro, la croqueta Masala, la zamburiña a la brasa con aguachile mediterráneo, los tortelloni en caparazón de nécora, o el taco de osobuco.

En “Puerta de embarque” se saborean pops de gamba con korean mayo o los braviolis de Sofía Loren con salsa arrabiata. “Ya estamos volando” es el momento de probar los platos principales, bien un meloso de chipirones y gambón de alioli chiligarlic, un bacalao al pil pil de los frailes de Montello con chips de patata violeta o un entrecot de vaca madurada con puré Robuchón. Por último, a la “Hora de aterrizar “ aparecen sugerentes postres, entre ellos, una reinterpretación de los cannoli sicilianos.

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EL VINO QUE NO FALTE

Joaquín Serrano y Jorge Velasco son los artífices de esta propuesta gastronómica con base internacional y tintes italianos, ejecutada con materia prima nacional. Pero de la parte líquida no debemos olvidarnos. La carta de vinos es un capítulo esencial y está elegida cuidadosamente para sorprender al comensal, con denominaciones de origen españolas, italianas, francesas y alemanas. De hecho, Ostería Bravissimo también ofrece catas de vino acompañadas de sus sabrosos bocados.

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Y no falta coctelería de autor, que sorprende por sus innovaciones, al igual que la cocina, e incluso la decoración, que se cambia paulatinamente y así conseguir el propósito de animar a los clientes a que no dejen de probar nuevas propuestas, y el viaje gastronómico continúe.

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