Los 20 kilómetros más dulces del planeta

Un viaje a la comarca de los mejores artesanos del chocolate, el croissant de mantequilla, panes, tortas y panetones para degustar sus elaboraciones y descubrir su entorno.
Chocolates y bombones
Larry Washburn / Getty Images

A medida que nos alejamos de las grandes ciudades, el paisaje nos va presentando otras maneras de vivir de la gente. En la comarca barcelonesa de Osona, ya sea por el entorno o por el carácter de unas raíces comunes, han confluido, en un radio de apenas 20 km, unos cuantos artesanos que se han hecho con una excelente reputación y reconocimientos por sus elaboraciones en sus obradores: joyas de chocolate, un croissant espectacular, panes y panetones siembran el territorio de excusas para acercarse y moverse por él.

Está demostrado que el modo de vida moldea el entorno, y tal vez también un carácter determinado, con más resiliencia, empeño y perseverancia. Los campos de cultivo, árboles frutales, prados con ganado en libertad, obradores artesanales o pequeños comercios de toda la vida a los que se unen oficios y un espíritu emprendedor que pasa de padres a hijos, inspiran innovadoras maneras de hacer que triunfan.

Lluc Crusellas expone sus obras chocolateras en su tienda Eukarya.

Eukarya

Nuestra ruta empieza en Vic, capital de Osona. A una hora de Barcelona en coche, en tren, o en autobús, cualquier medio es bueno para llegar a esta comarca en la que tienen sus raíces cuatro premiados pasteleros, panaderos, y el mejor chocolatero del mundo. Nuestra primera parada es con Lluc Crusellas, que en octubre de 2022 fue nombrado Mejor Chocolatero del Mundo, en los World Chocolate Masters (WCM), una competición de tres días celebrada en París. Fue el candidato más joven –26 años– y el primer español en conseguir este título.

Hasta la capital francesa viajó en una caravana con una figura de elefante de dos metros de alto y 200 kg de chocolate que triunfó ante el jurado. Como ahora lo hacen sus delicadas elaboraciones de cacao en Eukarya, la tienda que hace unos meses ha abierto en Vic. Leemos antes de entrar: “Aquí está el chocolate más tremendamente adictivo”. Es como una joyería de creaciones –efímeras, en este caso–, un verdadero templo del chocolate, con el obrador a la vista, donde podemos ver trabajar a Lluc y a su equipo. En sus manos, habas de cacao cultivadas en Perú, Papúa Nueva Guinea y Ecuador aportan toques peculiares a las esferas, tabletas y múltiples formas que diseña Crusellas.

“De seis a nueve de la mañana es cuando mejor trabajo”, explica este joven nacido en Santa Eulàlia de Riuprimer, un pequeño pueblo a 7 km de Vic. Esa es más o menos la distancia también de Vic a Can Jubany, el restaurante de Nando Jubany con una estrella Michelin, en el que Lluc, con 15 años, empezó de ayudante en la cocina. Quería aprender todo lo que pudiera y, sobre todo, ver si le gustaba o no. Lo destinaron a preparar postres y allí sintió que lo mejor es “ese extra de felicidad, ese momento de alegría que el postre aporta a la gente”.

Lluc Crusellas.

Eukarya

Y así empezó todo. Acabó los estudios de bachillerato y buscó una pastelería en la que desarrollarse como profesional en el arte de hacer postres. Primero en Barcelona, en grandes firmas como Hofmann, y luego regresó a su comarca, donde la panadería y pastelería El Carme de Vic lo fichó como responsable de pastelería. Ahora, chocolate y postres tienen al mando en la capital de Osona esas manos de mejor chocolatero del mundo. Lluc Crusellas ha querido devolver a su tierra la confianza que pusieron en él, abriendo allí su espacio dedicado a su arte en el cacao.

Para los curiosos, Lluc es aficionado al ciclismo y en su comarca recomienda salir en busca de caminos para pedalear, también la excursión a La Creu de Gurb, un excelente mirador de la plana de Vic. Sugiere la visita al Monasterio de Santa Maria de L’Estany y un paseo por el casco antiguo del pueblo de L’Estany. Además, aconseja darse una vuelta por el mercado de Vic, cada martes y sábado, y en fechas especiales como Pascua y Navidad, en su magnífica plaza con porches.

EL MEJOR CROISSANT

A menos de 8 km de la chocolatería de Lluc Crusellas, está el pueblo de Roda de Ter, donde el pastelero Gil Prat Parcet prepara el mejor croissant artesanal de mantequilla de toda España. Ganó el concurso convocado por el Gremi de Pastisseria de Barcelona en el 2017 y otra vez el pasado año.

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Gil es la cuarta generación de artesanos en la pastelería familiar Prat Can Carriel. Con cinco años, ya ayudaba a decorar monas de Pascua, subido en una caja de madera para que sus manos alcanzaran con comodidad la mesa de trabajo. Hoy, con mucho esmero, un gran aprendizaje a conciencia y su ADN de pastelero, en ese mismo obrador, logra un increíble nivel de croissants espectacularmente alveolados a base de finísimas láminas de una masa en la que todo está minuciosamente estudiado.

En una esquina en el núcleo antiguo de Roda de Ter, está el comercio familiar que tiene su origen en la dedicación del abuelo de Gil, Ramon Prat Reixac, desde el año 1900. Sus recetas de melindros, carquinyolis, turrones, almendrados, galletas y brazos de gitano han consolidado el prestigio de este negocio pastelero, ahora célebre también por esos croissants.

Gil también anima a quienes quieran probar su croissant a aprovechar y descubrir el pueblo de Roda y su entorno. En él, destaca la visita al Yacimiento y Museo Arqueológico de la Esquerda, un viaje al pasado prehistórico, a través de vestigios de la época del hierro y el bronce. También es importante para él la ruta literaria que nos lleva por los rincones más emblemáticos de la vida del poeta hijo de Roda, Miquel Martí i Pol.

El croissant de Gil Prat no es un croissant cualquiera.

Sílvia Pujols

EL MEJOR PAN DE PAYÉS

Desde la villa del poeta, nos separan solo una decena de kilómetros hasta el pueblo de Torelló, donde nos espera la mejor rebanada de pan de payés, obra del panadero y pastelero Miquel Saborit. Es la tercera generación del Horno de Pan Saborit de Torelló, que ya en el año 2016 fue reconocido con el premio a Mejor Joven Artesano Alimentario de Catalunya, y en el 2021, obtuvo La Llesca d’Or (La rebanada de Oro), en La Ruta del Buen Pan de Catalunya, que identifica a los mejores panaderos de cada comunidad autónoma.

Los panetones de Miquel Saborit también cuentan con una excelente reputación. Los elabora con pera y chocolate, con fruta y almendras, y con aceite de oliva. Y con mucho esmero da forma también a un finísimo pandoro de miel con manteca de cacao y vainilla de Madagascar. En su establecimiento, Méskpa, se pueden degustar y comprar para disfrutar donde sea la coca llarga, los croissants de chocolate, las cocas de huevo, y otras elaboraciones que desde 1941 se han horneado de la misma manera en este horno familiar.

Cualquiera de esos dulces, y los bocadillos hechos con su reputado pan serán buena compañía y tentempié en nuestra exploración del territorio. Las fiestas mayores de los pueblos que se encuentran en el valle del río Ges, donde está Torelló, Sant Vicenç de Torelló y Sant Pere de Torelló, merecen una escapada. Allí te das cuenta de que Osona es una tierra “muy auténtica” –tal como expresa Miquel Saborit– “en la que la gente se quiere quedar a vivir porque se vive bien. Estamos a una hora del mar y a una hora de la nieve, por eso la mayoría de los premiados seguimos aquí, entre nuestros amigos y familia, ofreciendo nuestros productos y todo lo que sabemos hacer en la comarca, en lugar de trasladarnos a la gran capital. Y el gran ejemplo de ello lo tenemos en Nando Jubany, que continúa teniendo su restaurante en Osona”.

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EL MEJOR MAESTRO ARTESANO CHOCOLATERO DE ESPAÑA

Torelló es también el pueblo de otro gran artista del chocolate, Pol Marginedas, Mejor Maestro Artesano Chocolotero Artesanal de España. Después de estudiar pastelería, en l’Escola d’Hostaleria d’Osona, realizó un stage en la Chocolate Academy de Vic, de la firma local Chocovic, “que es un referente desde hace muchos años, en la formación de profesionales. Yo allí descubrí un mundo nuevo, con formadores osonenses como Ramón Morató y Josep Maria Ribé, referentes de la pastelería en nuestro país, con un altísimo nivel”.

Con maestros así, no es extraño que la comarca vaya procurando prometedores pasteleros y chocolateros con mucho y exitoso futuro por delante, como Lluc Crusellas, Miquel Saborit y Josep Esturi, actual jefe de pastelería en el hotel Mandarin Oriental de Barcelona. Trece jóvenes pasteleros de la comarca se han unido en el colectivo Taula Dolça para dar a conocer lo que hacen, “esto le da todavía más vuelo a nuestra pastelería”, señala Pol Marginedas. Desde hace cinco años, trabaja en la prestigiosa pastelería Hofmann, después de haber estado tres años y medio en París, trabajando junto a Patrick Roger.

Marginedas es aficionado al ciclismo, una práctica que le permite sugerir los mejores paseos por su comarca. “Como ciclista, disfruto mucho, porque desde la comarca de Osona, por carreteras muy tranquilas se accede fácilmente a las comarcas vecinas del Lluçanes, la Garrotxa y el Ripollés”. Nos sugiere visitar el Santuario de Bellmunt, a poco más de 1.200 metros de altitud, que ofrece una panorámica de las montañas del Pirineo y los picos de Matagalls, y el Turó de l’Home, en una ruta que pasa por el castillo de Torelló.

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Otras de sus propuestas nos adentran en el bosque de hayas, conocido como la Fageda de la Grevolosa, y nos llevan a conocer la antigua colonia textil de Borgonyà. Para aquellos que disfrutan de los paisajes de montaña, el mejor chocolatero de España explica que en su pueblo se celebra el Torelló Mountain Film Festival, en el que se proyectan documentales y películas relacionades con las actividades que se pueden hacer en la naturaleza. También tiene lugar en Torelló el Festus, un festival de música y artes en la calle, con festivales y espectáculos durante todo un fin de semana.

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UNA COMARCA PARA SABOREAR

Hay muchos otros referentes gastronómicos que vale la pena también mencionar, pero en los citados, la comarca tiene una impresionante punta de iceberg. Sus premios reconocen y divulgan su labor, pero los negocios que van sumando generaciones en el mismo territorio, también gozan de mucha celebridad.

Uno de ellos es la Pastelería Cors, en el pueblo de Tona, también a tan solo una decena de kilómetros de Vic. Allí hace más de 145 años que elaboran unas míticas ‘tortades’, hechas en horno de leña. La textura de esta elaboración recuerda al ‘pa de pessic’, un bizcocho de masa muy suave, en este caso, además, elaborado con almendras y el riguroso secreto sumario de la casa, “muy natural”, señala Maite Cors.

Las míticas ‘tortades’ de la Pastelería Cors.

Pastelería Cors

Ella representa a la cuarta generación al frente de la pastelería que cuenta con el premio de la Generalitat a establecimientos con más de cien años. La quinta generación de esta familia de pasteleros ya colabora en esta herencia que amasa el dulce manjar en Osona, también otras muchas elaboraciones, entre ellas, reputados embutidos y quesos que podremos disfrutar en sus restaurantes y comprar en sus tiendas y mercados.

Osona da mucho de sí, para moverse y para dar al paladar mucho que disfrutar. Si optamos por quedarnos todo un fin de semana o varios días, podemos elegir un turismo rural. En el término municipal de Sant Vicenç de Torelló, está, por ejemplo, Can Poca Roba, una casa rehabilitada en plena naturaleza con origen en la Edad Media.

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