Frontón Beti Jai: mezcla de Madrid con País Vasco y una pizca de Marruecos

Camuflado en el corazón del barrio madrileño de Chamberí, el Frontón Beti Jai es un icono superviviente donde tiempo y materia se funden en un mismo espacio.
Frontón Beti Jai mezcla de Madrid con País Vasco y una pizca de Marruecos

Cuando entras al Frontón Beti Jai, piensas que en cualquier momento vendrá a rodearte una legión de camellos y vendedores de especias. Hasta que reconoces la ropa tendida en uno de los edificios vecinos y recuerdas que nunca abandonaste la calle Marqués de Riscal, en el barrio de Chamberí. Es la magia de seguir viajando por España y el mundo sin ir más allá del Paseo de la Castellana.

Englobado dentro de la colección de Patrimonios de Madrid visitables, el Frontón Beti Jai (Siempre fiesta, en vasco) fue una vez un paraíso de la pelota vasca para pasar a convertirse en el mejor reflejo de la historia española del siglo XX: desde taller Citroën hasta cárcel en la Guerra Civil. Hoy, la suma de todas sus memorias regala una joya arquitectónica para los sentidos.

A caballo entre una corrala de La Mancha y una antigua ciudadela árabe.

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EL CAPRICHO DE MARÍA CRISTINA

El origen del Frontón Beti Jai cabe encontrarlo en los primeros turistas españoles y miembros de la realeza influenciados por las maravillas foráneas. Este fue el caso de María Cristina de Habsburgo-Lorena, quien tras la muerte de su marido Alfonso XII en 1885 decidió pasar unas vacaciones en San Sebastián, por aquel entonces piedra angular de los viajes por España dada su importancia como capital balnearia. La ciudad de La Concha no solo era un referente de los vapores y los chorros, sino también el corazón del juego de pelota vasca, de gran auge a finales del siglo XIX.

La pelota vasca, como muchos sabréis, es un deporte basado en golpear una pelota con la mano frente a un muro llamado 'frontis', bien a través de dos jugadores o dos parejas. María Cristina quedó fascinada por este deporte exótico, motivo que la llevó a ordenar la construcción de varios frontones de pelota vasca en Madrid.

Enclaves hoy extintos como el frontón Jai Alai, en la calle Alfonso XII, y Fiesta Alegre, entre los barrios de Argüelles y Pozas, fueron algunos emblemas de la época, si bien la joya de la corona sería el Frontón Beti Jai. Un proyecto promovido por José Arana (cuyas iniciales lucen en la fachada exterior del frontón) y diseñado por Joaquín Rucoba, artista encargado de la plaza de toros de La Malagueta, bajo un presupuesto de 500.000 pesetas.

Foto histórica de Beti Jai.

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El frontón comenzó a ser construido en 1893 para ser inaugurado el 29 de mayo de 1894 entre gran júbilo y expectación dadas sus características: capacidad para más de 4.000 personas y una extensión de 67 metros en la que dar rienda suelta a los novedosos campeonatos de pelota vasca. Sin embargo, las apuestas no tardaron en llegar a este espacio hasta convertirlo en uno de los principales puntos de corrupción de Madrid, motivo por el que el Beti Jai cerró sus puertas en 1897. Comenzaría así un nuevo episodio para este icono convertido a lo largo del siglo XX en el mejor espejo de la historia de nuestro país.

Entre 1904 y 1906, el frontón fue un taller de experimentación para el sector de la aviación y, poco después, un taller de motos Harley Davidson. También sería concebido como almacén de aceitunas y escayola, cárcel en la Guerra Civil y centro de conciertos vinculados a la Falange Española en la posguerra, taller Citroën y hasta centro de vacunación contra la polio a finales de los años 60.

Beti Jai es Bien de Interés Cultural.

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Tras años abandonado, la naturaleza se apropió de sus entrañas y el frontón pasó de unas manos a otras hasta que el Ayuntamiento de Madrid inició un proceso de expropiación a la empresa Tarcosul Gestión, para el cual invirtió 31 millones de euros, además de los 4,9 millones para consolidar la reforma.

En 2011, Beti Jai era nombrado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid y en 2015, comenzó la fase de rehabilitación, la cual finalizaría el 13 de junio de 2019.

VISITANDO UN PATRIMONIO

Al entrar en Beti Jai, uno se siente Alicia en un Chamberí de las Maravillas. Cuando imaginas que nada puede sorprenderte, se despliega ante ti este espacio a caballo entre una corrala de La Mancha y una antigua ciudadela árabe. El telón de ladrillos descubre el estilo neomudéjar empleado en todos aquellos espacios de fiesta, como plazas de toros, al ser el material más económico de la época.

Caminas por la historia y la acústica es tal que, por un momento, piensas que tus palabras se escucharán hasta en Japón. Tanta voz para un frontón huérfano de espectadores al que los visitantes podemos asomarnos de forma libre todos los fines de semana: mañana (de 10:00h a 14:00h) y tarde (de 16:00 h a 20:00h), teniendo a disposición un equipo de mediadores culturales.

Una joya arquitectónica para los sentidos.

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También se acaba de poner en marcha el nuevo programa de visitas guiadas Descubre Beti Jai, que se desarrolla todos los días, así como el itinerario interactivo para familias Jugando en Beti Jai, que se ofrece los fines de semana (ambos con reserva previa en este enlace). Estas dos experiencias cesarán su actividad durante los meses de julio y agosto, pero regresarán a partir de septiembre junto con un nuevo centro de interpretación sobre el Beti Jai, que está previsto sea inaugurado durante el tercer trimestre del año (cuya visita libre será de martes a domingo).