Carlos Serrano
Lo primero que mis recién nacidos pulmones respiraron al salir del hospital fue la brisa del Mar Cantábrico, bajo los tamarindos de la playa del Sardinero, en Santander. Quizás ese momento marcó mi futura vocación surfista, y el objetivo aún vigente de conocer de cabo a rabo todas las playas de nuestra costa. Mientras respiraba mar y arena, supe que todo lo que sentía mientras disfrutaba viajando no podía quedarse únicamente en mi mente. En mi mochila siempre había espacio para Jack London, Javier Reverte y Julio Verne, y fueron sus libros quien me ayudaron a contestar la pregunta que a todo niño casi adolescente le hacen alguna vez. “¿Y tú, que quieres ser de mayor?” Y entonces, ignorando que mi futuro me deparaba vivir dos años en Roma, atravesar los bosques infinitos del Canadá y la costa este de EEUU, bañarme en hamman turco a orillas del Cuerno de Oro y ser un inglés más entre las calles de Cambridge, respondí que lo único que deseaba era ser “periodista viajero”. Espero que estéis disfrutando este pequeño sueño con mis palabras.