Los cables de los tranvías surcan las calles de Milán como las raudas estelas de miles de estrellas fugaces, tejiendo cruces de caminos a lo largo de un extraordinario laberinto arquitectónico.
Desde el majestuoso gótico del Duomo a la moderna Torre Velasca, pasando por el Castello Sforzesco y la Galería Vittorio Emanuele II: cada piedra, cada columna, cada arco y cada escultura tiene una historia que contar.
En uno de esos palpitantes cruces de caminos, a un paso de la Piazza del Duomo, se alza el Palazzo Cordusio (originalmente Palazzo Venezia), testigo del devenir de la vida milanesa desde el siglo XIX. Ubicado en el punto focal de Piazza Cordusio, el edificio que un día fue sede del grupo Generali, ha reabierto sus puertas reconvertido en el majestuoso Palazzo Cordusio, a Gran Meliá Hotel, el primer Gran Meliá de Milán.
Los más curiosos no podrán evitar asomarse a su jardín interior, los amantes del buen comer se deleitarán en Isola Restaurant y el japonés Sachi, los apasionados del diseño se detendrán en cada uno de sus rincones –donde los libros de moda y arquitectura conviven con textiles de Rubelli y piezas de Patricia Urquiola– y los afortunados huéspedes disfrutarán de la experiencia completa en las acogedoras habitaciones y demás espacios del hotel, donde el estilo italiano se funde con la calidez española.
¿Lo mejor? En lo más alto: no te pierdas sus terrazas –sí, en plural– con vistas al Duomo y al skyline de la capital italiana de la moda.
¿POR QUÉ RESERVAR?
En primer lugar, por su imbatible ubicación. Y cuando decimos imbatible, queremos decir que se encuentra a un minuto a pie de Piazza Mercanti; a cinco del Duomo, la Galería y el Museo del Novecento; a diez del barrio de Brera, con su famosa pinacoteca y su ambiente bohemio; a doce de la Piazza San Babila y el Quadrilatero della moda; a quince del Castello y el Parque Sempione; y a dieciocho de Santa Maria delle Grazie, donde se encuentra la La Última Cena de Leonardo da Vinci. O lo que es lo mismo: a menos de veinte minutos andando de los principales atractivos de la capital lombarda.
En segundo lugar, por todo lo que se esconde tras sus muros y que garantiza una estancia de lujo que comienza con un sorprendente check-in en la cúpula del edificio, donde se ubica la recepción, decorada con una reproducción ampliada del mural de Providencia y en la que se ha restaurado la escalera de caracol de hierro forjado que conduce a la cúspide. Los elegantes interiores, los excelentes y variados conceptos gastronómicos, el increíble –e inesperado– spa, las vistas –que juegan al despiste y ofrecen la opción de ver pero no ser visto–, la cama –¡qué cama!– y la impecable atención del personal rematan una estadía donde la vida de palazzo abraza la modernidad de una forma tan natural que nuestra única pregunta es: ¿por qué este lugar ha tardado tanto en (re)aparecer?
UBICACIÓN
Poco más que añadir: en la yema del huevo, o si lo quieres un poco más refinado, en el centro neurálgico de Milán, donde los locales nunca piden capuccino pasadas las 11 de la mañana y los turistas van enmudeciendo conforme se acercan a la catedral gótica mas grande de Italia.
Aquí, los milaneses se han reencontrado con uno de los principales focos culturales de la ciudad, pues la Piazza Cordusio constituye un “salón” al aire libre donde confluyen la Piazza dei Mercanti, Via Orefici, Via Broletto, Via Cordusio y la famosa Via Dante, antesala del castello.
HISTORIA
El debut milanés de Gran Meliá –el primero de Italia fue Villa Agrippina en Roma– ocupa la antigua sede de Assicurazioni Generali, diseñada por el arquitecto Luca Beltrami, quien también proyectó la Piazza La Scala y la restauración del Castello Sforzesco.
El edificio fue construido en estilo ecléctico entre 1897 y 1901 en el número 2 de Piazza Cordusio, dando comienzo a un plan más amplio de renovación de toda la plaza que tuvo lugar entre finales del siglo XIX y principios del XX.
En su fachada cóncava, un extraordinario ejemplo de arquitectura neorenacentista, destaca la hornacina con el mosaico alegórico de la Providencia –figura femenina que capta las semillas de la granada en alusión a la fecundidad de la inversión aseguradora–, además de los relieves –como el león de San Marco, que nos recuerda el origen veneciano de la compañía de seguros– y la cúpula octogonal con linterna.
EL PROYECTO
El legado arquitectónico de Luca Beltrami vuelve a la vida revestido de elegancia y vanguardia en Palazzo Cordusio, donde la historia de Milán va abriéndose paso por todas las estancias del hotel, cuyo interiorismo rinde homenaje al diseño y la cultura de moda que caracteriza a la ciudad. Así, desde el primer instante, el huésped se introduce en un sofisticado –a la vez que confortable– universo donde acabará moviéndose como pez en el agua.
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Así, historia y hospitalidad se dan cita en este particular y ambicioso proyecto en el que han participado dos estudios de arquitectura: ASAH Architects (dirigido por Alvaro y Adriana Sans) y el Studio Marco Piva.
Marco Piva se encargó del diseño y la dirección artística de las las fachadas exteriores y de todas las zonas sujetas a restricciones monumentales, además de la arquitectura interior, las terrazas y el patio. ASAH Architects (socio de Meliá Hotels International) firma el proyecto arquitectónico general y el diseño interior, en colaboración con Piva.
Ambos estudios han realizado una gran labor de rehabilitación y remodelación, poniendo especial atención al detalle y mostrando un profundo respeto por la arquitectura y la historia de este emblemático edificio.
“El proyecto respeta la historia del edificio y su patrimonio artístico y cultural, al mismo tiempo que le da una identidad nueva y actualizada”, afirman desde el Studio Marco Piva. “Uno de los objetivos es darle a la fachada principal un nuevo valor artístico, enfatizándola mediante efectos de luz que realzan la entrada central del nuevo hotel y ambos lados del edificio”, añaden.
El edificio tiene cinco plantas en las que encontramos: 84 habitaciones y suites, cuatro espacios gastronómicos, recepción, lobby bar, gimnasio y spa.
La monumental escalera –con el suelo original de Rosa Asiago y revestimiento de Verdello y un nuevo ascensor panorámico de acero y vidrio–, los suntuosos suelos de seminato veneciano, paredes de mármol de Carrara, espejos de bronce y terciopelo, y muebles y lámparas de grandes diseñadores italianos –como Gio Ponti, Vico Magistretti o los hermanos Castiglioni– y españoles –como Miguel Milá o Patricia Urquiola– componen un bravissimo interiorismo.
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HABITACIONES
ASAH Architects ha apostado por un estilo refinado y contemporáneo, con acabados delicados y líneas minimalistas, que al mismo tiempo, respeta los elementos arquitectónicos protegidos e incluso los potencia. Prueba de ello son los grandiosos ventanales y balcones privados, con vistas inmejorables de las calles circundantes y, en algunos casos, del omnipresente Duomo.
Las paredes de las habitaciones, así como algunos pasillos, celebran las raíces venecianas de Generali luciendo telas de Rubelli y losas de cerámica desarrolladas por Florim, inspiradas en los propios diseños de Rubelli; mientras que el mobiliario incluye piezas icónicas de firmas italianas de la talla de Molteni&C, Cassina, Fornasetti, Flos, Oluce y Foscarini, así como nombres internacionales.
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Las habitaciones se distribuyen en diferentes categorías, comenzando por la Habitación Deluxe (21 m2). En orden ascendente, el huésped puede elegir entre: Habitación Premier, Habitación Premier con balcón, Habitación Supreme, Junior Suite, Master Suite de un dormitorio y Master Suite de un dormitorio con balcón.
Para elevar la estancia al siguiente nivel, prueba una de las 29 excepcionales suites concebidas por ASAH y bautizadas con los nombres de ilustres familias italianas: Sforza, Visconti, Savoia y Aragona.
Mención aparte merecen la Suite Duomo (que ofrece una sensacional vista de la Catedral) y la Suite Presidencial (el espacio más exclusivo de Palazzo Cordusio, con una superficie de 88 m2, vistas a la Piazza Cordusio y al Castello Sforzesco desde su terraza privada, sala de estar independiente con muebles de Molteni&C y un gran baño con ducha y bañera exenta).
Todas las habitaciones y suites cuentan con amenities de Carner Barcelona y secador y plancha de Remington, así como con smart tv, carta de almohadas y servicio de café y té.
LA COLAZIONE
El desayuno se sirve en el restaurante Isola, y cuenta con un amplio apartado buffet y una carta de platos calientes y fríos donde no faltan los huevos en todas sus formas (tortilla, revueltos, fritos...) junto a dos especialidades del chef: los huevos royal (con salsa holandesa y caviar Prestige Baerii Adamas) y los huevos con trufa negra.
También puedes elegir entre tres tipos de colaziones (desayunos) cerrados: la Colazione Salutare (selección de tés e infusiones, zumo de naranja o pomelo, smothie, fruta fresca y tortilla de claras), la Colazione Isola (cesto del panadero, zumo de naranja o pomelo, fruta fresca, cereales y yogur y selección de café y té) y la Colazione Cordusio (cesto del panadero, zumo de naranja o pomelo, fruta fresca, selección de café y té, huevos a tu elección, selección de embutidos y quesos y copa de Bellavista).
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GASTRONOMÍA
Sunset Hospitality Group supervisa la oferta culinaria del hotel, compuesta por cuatro conceptos gastronómicos: Isola Restaurant, Sachi, Giardino Cordusio y Gioia Pasticceria.
En el rooftop se encuentra Isola, liderado por el chef Francesco Bagnato, quien se encarga de revisar las recetas de las islas –en concreto, de Sicilia, Cerdeña y Capri– en una espléndida sinfonía de sabores que se puede disfrutar en su salón interior o en la terraza al aire libre. Entre los antipasti, destacan los arancini di Riso (las famosas “croquetas” sicilianas de arroz), el carpaccio de lubina o el tartar de gamba roja de Mazara del Vallo. La pasta casera es la estrella de la carta, con atractivas opciones como los gnocchi di zucca Mantovana con avellanas y aceto balsámico Giuseppe Giusti; los tortelli di manzo y cebolla braseada con parmigiano; o los linguine vongole e bottarga.
El apartado de segundos platos incluye propuestas del mar y de la tierra, como el pulpo a la parrilla con puré de patatas rojas y salsa verde, el cochinillo al horno o el milhojas de col negra y achicoria.
En la cuarta planta, SACHI, con el chef Moon Kyung al mando de los fogones, trae al país de la bota lo mejor de la gastronomía y las tradiciones niponas en un enclave privilegiado que incluye una barra Omakase, un gran comedor y SACHI Garden, con vistas al Duomo y a la Galería Vittorio Emanuele.
El epicentro del edificio lo ocupa Giardino Cordusio, una coctelería-bistró creada en asociación con Giancarlo Mancino (mixólogo de renombre mundial y fundador de Mancino Vermouth), donde las lámparas de araña se disputan el protagonismo con la decoración vegetal y la magnífica barra.
Finalmente, en Gioia Pasticceria, ubicada a pie de calle, la excelencia artesanal se fusiona con la pasión por la pastelería clásica italiana, ofreciendo una gama de tartas, pasteles y galletas con combinaciones de sabores únicas y en algunos casos, inesperadas.
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WELLNESS
Cuando creemos conocer todos los rincones de Palazzo Cordusio, ¡sorpresa! Nos quedamos senza parole al descubrir el spa, un remanso de paz y privacidad situado en el sótano (la antigua bóveda del edificio) que cuenta con piscina cubierta, sauna, baño turco, duchas sensoriales, cascada de hielo y zona de relajación.
El gimnasio, alojado en el tercer piso y abierto 24 horas, está equipado con máquinas de Technogym y tiene vistas al Palazzo della Ragione y la Piazza Mercanti.
SERVICIOS
Palazzo Cordusio, a Gran Meliá Hotel admite mascotas, que además serán recibidas con un regalo y todo tipo de comodidades durante su estancia. También cuenta con varias salas de reuniones, habitaciones familiares, wi-fi, programa de experiencias, conserje, servicio de traslado al aeropuerto y aparcacoches.
ACCESIBILIDAD
Adaptado a personas con movilidad reducida.
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