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Reseña: Hotel Corazón, Mallorca

Por artistas y para artistas: en este hotel boutique custodiado por la Tramuntana, conectarás con el lado más salvaje y bohemio de la isla.
  • Dormitorio en Hotel Corazón, Mallorca.
  • Suite en Hotel Corazón, Mallorca.
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Photos

Dormitorio en Hotel Corazón, Mallorca.Suite en Hotel Corazón, Mallorca.Hotel Corazón

Amenities

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Habitaciones

15

“Hotel Corazón es un lugar para aquellos que quieren ir descalzos, comer directamente de los árboles, bañarse de noche en el mar y perderse entre los pinos”. Así se presenta el primer proyecto hotelero de la fotógrafa Kate Bellm y su pareja, el artista Edgar López, ubicado entre Deià y Sóller.

“Es un lugar para meditar bajo el agua y saltar con las cabras, un lugar para hacer cosas a las que tienes miedo o para, simplemente, no hacer nada, un lugar para perderse y encontrarse al mismo tiempo” continúan.

Este bohemio a la par que lujoso alojamiento ocupa una finca histórica del siglo XVIII y cuenta con 15 habitaciones y suites, una granja, un restaurante, un espacio artístico, una tienda, extensos jardines y una fabulosa piscina que se funde con el mar y las montañas.

“Aquí, la aventura triunfa sobre la urgencia y reina la libertad”.

La piscina. ©Kate Bellm

Baba Royale. ©Kate Bellm

¿POR QUÉ RESERVAR?

Por una sencilla razón: aquí puedes practicar el arte de fluir. Da igual que tengas la mente abierta o cuadriculada, en Hotel Corazón, todo tu ser experimentará una sensación de sosiego y relajación donde poco a poco, tus ritmos se adaptarán a los que marcan el amanecer y el atardecer, tus pensamientos dejarán de revolotear en tu cabeza para dejar paso solo a las cosas importantes, a esos instantes que merecen la pena y a veces pasan desapercibidos.

El deleite visual también es una razón de peso, al igual que el amor el arte –en sentido literal–: todas las fotografías y obras que cuelgan de las paredes están firmadas por los propietarios del hotel y sus amigos artistas y además, se pueden comprar. También organizan talleres donde dejar volar tu creatividad, ser consciente de tu propio cuerpo y en definitiva, adoptar esa actitud isleña y salvaje donde el mundo exterior pasa a un segundo plano para dar protagonismo al entorno que hay a nuestro alrededor.

Un refugio en el corazón de la Tramuntana. ©Laura Prim

UBICACIÓN

Hotel Corazón se encuentra en el kilómetro 56,7 de la carretera de Deiá, a unos 40 minutos del aeropuerto de Palma. A un lado, la Sierra de Tramontana; al otro, el Mediterráneo, y en el centro, palpitando con fuerza, este enclave al que se llega a través de las sinuosas curvas que caracterizan esta parte de la isla balear.

A unos diez minutos en coche, se encuentra el popular Puerto de Sóller, una pintoresca localidad costera perteneciente al término del mismo nombre y que es famosa, además de por la belleza de la bahía y el paisaje circundante, por su histórico tranvía y por el tren de Sóller.

Cala Deià, una de las más bellas de la isla, está a unos quince minutos y aunque es una muy buena opción para darse un baño, también te recomendamos que explores otras playas de la zona como Cala Tuent o Sa Calobra.

Baba Royale. ©Anna Malmberg

Comedor interior. ©Anna Malmberg

LA HISTORIA

Hotel Corazón nació del anhelo de Bellm de crear un espacio para la comunidad residente en la Tramuntana. “Extrañaba el abundante intercambio creativo de las grandes ciudades y soñaba con llevar esa energía a la isla”.

Bellm imaginó un centro artístico para albergar sesiones de fotografía y vídeo; organizar exposiciones de arte y conciertos; cultivar y servir alimentos excelentes, saludables y cultivados localmente; recibir a amigos y atraer talento. “Sería un hotel pero se sentiría como un hogar: un refugio para creativos con ideas afines y un lienzo en constante evolución en sí mismo”. Cuando Kate se entero de que esta antigua finca estaba en venta, su sueño se hizo realidad.

Suite en Hotel Corazón, Mallorca. ©Kate Bellm

ESTILO Y DECORACIÓN

La finca ha sido renovada por el estudio mallorquín Moredesign, que han reformado la propiedad conservando intacta la estructura del edificio centenario así como algunas características originales.

En los interiores, las formas y volúmenes suaves y redondeados fluyen en una sensual danza teñida de tonos terracota, melocotón, rosa y anaranjado. ¿El resultado? Un espacio de contornos suaves y serenos, bordes esculpidos y líneas fluidas donde los muebles, realizados a medida por artesanos locales, siguen un flujo donde los límites entre el interior y el exterior se desdibujan y las estancias abrazando la naturaleza y sus imperfecciones gracias a los elementos naturales como la piedra local tradicionalmente utilizada en las paredes exteriores.

Los espacios comunes incluyen un luminoso invernadero lleno de cactus, un patio interior estilo riad, una galería, una terraza para talleres y yoga y un salón –con chimenea y sofás a ras de suelo– repleto de libros de arte y moda donde no faltan nombres como Helmut Newton, Carine Roitfeld, Juergen Teller e incluso Miró.

The Sweet. ©Anna Malmberg

El salón. ©Alixe Lay

En el patio interior, con suelo de piedra original, hay palmeras centenarias y monsteras, a las que acompañada el relajante susurro de la fuente. Una escalera curvilínea conduce desde la galería y la sala de estar de la planta baja hasta la recepción, la tienda y el invernadero del primer piso, que se abre al comedor al aire libre.

Las obras de arte decoran estratégicamente las habitaciones y zonas comunes, desde las famosas de “sirenas” de Kate a los trabajos de artistas como Ozzie Wrong y Lee Cameron; pasando por collages y grabados de Edgar. La australiana Lucy Folk diseñó los uniformes del personal, Marina Guindilla hizo el logotipo, así como los ceniceros y demás objetos pintados a mano que hay por todo el hotel.

La primera participante en el programa de artistas en residencia del hotel es Yasmin Bawa, que se ha encargado de esculpir el mostrador de recepción.

Entre los artistas invitados de 2024 están los pintores Abel Burger y Dan Hollings, las escultoras Laura Soto y Sara Alonso, la ceramista Monique Robinson, fundadora de Lockeroom y los fotógrafos Neil Krug y Bruno Roels.

The Sweet. ©Anna Malmberg

Suite El Corazón. ©Anna Malmberg

HABITACIONES

Un rayo de sol furtivo se cuela entre las cortinas y nos acaricia la piel. Fuera, alguna que otra cabra te avisa de que ya es de día, pero tómate tu tiempo, la habitación, las vistas y la brisa matutina lo merecen.

Hay 13 habitaciones superiores y dobles y 2 suites distribuidas en tres plantas y en torno al patio del edificio. Cada una de ellas es distinta, pero todas tienen algo en común: lo que a estas alturas ya podríamos llamar ‘Hotel Corazón vibes’.

Las formas curvas y los techos abovedados continúan dominando cada rincón de estos “santuarios” que presentan nombres tan sugerentes como Baba Royale, The Sage, Holy Wood, The Sweet, La Cueva, La Palmier, La Calma, Rosewood, Holy Ficus o Smoked Cedar. Esta temporada, cuentan con tres nuevas habitaciones, con vistas al jardín y a las montañas (La Paz, Cowboy y Monte Kush). ¿Las joyas de la corona? Las suites El Corazón y Tramontana Haze, ambas con salón independiente y vestidor.

Vistas del restaurante. ©Kate Bellm

Huerto. ©Kate Bellm

Sábanas 100% lino –al igual que las cortinas–, almohadas de Ferndown, duchas en forma de huevo, lavabos de piedra natural, detalles de latón, lámparas de diseño, una puerta de madera antigua reconvertida en mesa, un sofá para abandonarse al dolce far niente y una cama donde cerrar los ojos y experimentar una sensación parecida a la de estar durmiendo en una nube de algodón gigante.

Las amenities, con aroma a bergamota y rosas, están hechas en la isla y son exclusivas de Hotel Corazón, aunque las puedes adquirir en la tienda, al igual que el resto de ítems de la habitación, desde las toallas de Avalon a los libros de Kate –La Isla y Amor–.

Hay agua y café de cortesía, además de té de hierbas curativas del jardín.

Rico, saludable y nutritivo. ©Alixe Lay

Un desayuno con vistas a la Tramuntana. ©Alixe Lay

GASTRONOMÍA

“Creemos que la comida debe ser local, de temporada, medicinal y deliciosa”. Por eso, Bellm y López han recuperado el terreno de Hotel Corazón y le han devuelto su propósito original convirtiéndolo en una granja abundante y fértil.

La terraza al aire libre con vistas a la montaña es el corazón –nunca mejor dicho– del hotel. En ella se sirven desayunos, comidas y cenas y las veladas se amenizan con música en directo.

La nueva chef, Eliza Parchanska, elabora platos sencillos, de inspiración mediterránea y salpicados con flores y hierbas comestibles del jardín.

Un encantador rincón de la recepción. ©Alixe Lay

Suite El Corazón. ©Alixe Lay

En el menú siempre hay pan de masa madre, que puede acompañar con aceite de oliva, sal en escamas y mermelada de temporada; humus y encurtidos; o anchoas con mantequilla.

Como principales –que te recomendamos compartir para poder probar tantos como puedas– las opciones son de lo más variadas y coloridas: desde platos de la huerta como la ensalada de hojas y brotes del jardín, semillas crujientes y vinagreta de cítricos; la burrata con fruta de temporada y chiles encurtidos; o la ensalada de col rizada; hasta pasta cacio e pepe con pimienta negra y pecorino; sándwich de conserva de atún con pimientos asados a fuego lento, y allioli; o brioche de pollo frito con salsa mayo, chile fermentado, ensalada roja de manzana y jengibre.

¿De postre? El queso del día siempre es una buena idea, aunque si prefieres algo dulce, quizá tu opción sea la tarta de chocolate sin harina, el helado de matcha con cáscara de cítricos, las frutas frescas o el shot de espresso affogato con helado artesano de cardamomo.

El restaurante del Hotel Corazón está abierto todos los días de 8:30 a 22:30h.

Entrada del hotel. ©Laura Prim

EL DESAYUNO

¿Comenzar el día con un desayuno saludable, rico y con vistas a la Tramontana? ¿Dónde hay que firmar? En ningún sitio, basta con que te dirijas a la terraza. Allí te espera un menú a la carta con deliciosos bowls como el Green Goddess –que incluye tortilla, tomates confitados, brotes, semillas, hierbas frescas y tahini–, el Shunshine –con muesli bircher, mantequilla de almendras, compota de bayas, manzana y cúrcuma– y el Kimchi Rice –con rábano encurtido, salmón ahumado, huevos revueltos y hierbas frescas de jardín–.

También hay tortitas con ricotta y limón, compota de frutas, azúcar de coco y creme fraiche; tostada de huevos revueltos con salmón ahumado y hierbas de jardín; la tostada Corazón –con manteca de frutos secos y mermelada casera; y huevos al gusto. A todo ello puedes agregar tomate confitado, queso parmesano, aguacate y más tostadas de masa madre.

No te pierdas los zumos naturales y smoothies, con opciones tan apetecibles –y saludables– como el zumo de zanahoria, manzana, limón y jengibre o los batidos Green –kale, plátano, menta, espirulina, dátiles y leche de coco– y Red Berry –frutos rojos, plátano, crema de almendras y leche de avena–.

Relax en la piscina. ©Kate Bellm

La piscina. ©Laura Prim

LA PISCINA

La piscina de Hotel Corazón es un sueño teñido de pomelo ubicado en una zona independiente de la finca y reservada exclusivamente para los huéspedes. Cuenta con sombrillas de carrizo; áreas de relax con camas balinesas y sillones curvy estilo años 70 en rosa bebé, naranja quemado y terracota y hamacas mexicanas plantas de romero silvestres que pese a su fotogenia, poca competencia pueden hacerle a las vistas al mar.

Dormitorio en Hotel Corazón, Mallorca. ©Anna Malmberg

WELLNESS

Esta temporada, los huéspedes pueden disfrutar de los exclusivos tratamientos FlowingLift de la alquimista de la belleza Paola Pellegrino. Sus faciales hechos a medida combinan yoga facial, masaje bucal, Kobido, Champissage, ventosas, Gua Sha, lifting y reflexología Dien Chan, mientras que los corporales incorporan maderoterapia, ventosas y drenaje linfático.

PROGRAMACIÓN

La programación del hotel ofrece actividades para todos los gustos y públicos. El apartado wellness, por ejemplo, incluye clases de yoga con la instructora Lourdes Ruiz y sesiones de pilates con Alice Pilate en las que todos los niveles son bienvenidos.

También hay talleres de cerámica, de joyería con cera fundida y de tinte natural, exposiciones de arte, baños de sonido… y siempre se deja algo de lugar a la improvisación.

The Sage. ©Anna Malmberg

Vistas desde la habitación Baba Royale. ©Anna Malmberg

SERVICIOS

En el hotel puedes reservar masajes, sesiones de reiki, caminatas guiadas, excursiones en barco y todas las actividades que te apetezca hacer. No dudes en pedir recomendaciones a Kate y a Edgar, residentes en la isla, que no dudarán en animarte a explorar una cueva subacuática oculta o darte una clase sobre los beneficios medicinales del cactus.

En Hotel Corazón todo es posible y como ellos mismos dicen: “No tenemos televisores, tenemos vistas. No puedes romper las reglas porque no las hay”. Little y Ginger, los gatos que dormitan y pasean por el hotel, dan fe de ello.

Por cierto, la tienda del hotel es una tentación en la que caerás tarde o temprano: ropa artesanal, botas de cowboy, cestas de mimbre, objetos decorativos de cristal y cerámica, té… Nosotros no pudimos resistirnos a la gama exclusiva de productos de belleza de Hotel Corazón, elaborados con ingredientes locales y orgánicos, la cual incluye tesoros como un exfoliante de olivo, un bálsamo labial o una fragancia de sándalo, bergamota, rosa, vetiver y haba tonka.

Suite El Corazón. ©Anna Malmberg

SOSTENIBILIDAD

Los terrenos del hotel albergan 50 grandes parterres repletas de verduras, frutas y hierbas aromáticas cultivadas sin pesticidas y utilizando técnicas de agricultura local y regenerativa –compostaje, biocarbón, rotación de cultivos…–. “El producto se recoge en su punto máximo de maduración y se llevan directamente a la cocina. Además, los alimentos que no cultivamos en la finca provienen de productores y proveedores locales”, apuntan.

Este año, el hotel da la bienvenida a su primer ‘Farmer in Residence’: Emma, de Flamingo Estate (Los Ángeles), quien comparte su experiencia y cuida del jardín, trabajando junto con Eliza para ofrecer un auténtico arco iris de productos en el restaurante.

A todo ello hay que añadir la mencionada puesta en valor de la comunidad local, cuyas piezas están repartidas por todo el hotel.

ACCESIBILIDAD

Actualmente, el hotel no es accesible para sillas de ruedas.

Fotos: Kate Bellm, Alixe Lay y Anna Malmberg.

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