Skip to main content

Reseña: Broadwick Soho, Londres

Resulta imposible no fijarse en los dos enormes elefantes con sombrero de copa y pajarita que miran hacia la calle sobre un cartel de aspecto circense en una esquina del Soho.
  • Broadwick Soho, Londres
  • Una habitación del nuevo Broadwick Soho.
  • The Nook en Broadwick Soho.

Photos

Broadwick Soho, LondresUna habitación del nuevo Broadwick Soho.The Nook en Broadwick Soho.

Habitaciones

57

En una ciudad como Londres, en la que los hoteles tienden a ser opulentos palacios o discretas casas señoriales sin distintivo alguno, resulta imposible no fijarse en los dos enormes elefantes con sombrero de copa y pajarita que miran hacia la calle sobre un cartel de aspecto circense en una esquina del Soho.

Huelga decir que el proyecto más reciente de Martin Brudnizki ha llegado con muchas ganas de atraer miradas. El hotel, de 57 habitaciones, luce los eclécticos interiores que cabría asociar con el arquitecto sueco: llamativo animal print de cebra y leopardo, cabinas de DJ contra paredes decoradas con seda, loros rosas sobre paneles de madera verdes…

Hay ciertas similitudes con sus otros proyectos, como Annabel’s, pero el Broadwick Soho es único. Esto se debe en parte a la visión del dueño, Noel Hayden, emprendedor del sector tecnológico, que se inspiró en el hotel de Bournemouth en el que se crió en los años setenta, jugando al Space Invaders con la máquina recreativa mientras su madre recibía a los huéspedes y su padre les entretenía con trucos de magia.

Este mismo espíritu del vaudeville perdura en el Broadwick Soho, en sus detalles dorados que relucen bajo lámparas de araña, en los papeles de pared con motivos de elefantes y tigres y en las obras de Francis Bacon, Bridget Riley y Andy Warhol que decoran los pasillos de camino a unas habitaciones que parecen hasta discretas después de la vorágine de color y texturas de las zonas comunes. Lo cual no quiere decir que en estas no aguarden unas cuantas sorpresas: el minibar es una enorme escultura metálica de un elefante, labrada a mano por artesanos de Jaipur.

Los camareros sirven cócteles en un bar cafetería que da a la calle, mientras que en el rooftop bar, Flute, las paredes de corcho, las lentejuelas y las líneas geométricas no consiguen eclipsar las estupendas vistas. En el restaurante del sótano, llamado Dear Jackie en honor a la madre de Hayden, el ambiente es más sensual e íntimo, con sus paredes rojas y sus rinconcitos de iluminación tenue. La carta trasciende la gastronomía italiana tradicional, con reinterpretaciones de los clásicos acompañadas de excelente vino. Al fin ha llegado un hotel que hace honor al irreverente carácter del Soho. Desde 577€.

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler

Nuestros periodistas recomiendan de manera independiente productos y servicios que puedes comprar o adquirir en Internet. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos en nuestros textos, Condenet Iberica S.L. puede recibir una comisión. Lee aquí nuestra política de afiliación.

Lo más visto