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Reseña: De Durgerdam, Ámsterdam

Una antigua taberna del siglo XVII convertida en íntimo y coqueto hotel, en un pueblo pesquero a solo 20 minutos en bici del centro de Ámsterdam.
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Photos

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Amenities

bar
Wifi gratis

Habitaciones

14

Esta antigua taberna de pizarra del siglo XVII ubicada en un pueblo pesquero a solo 20 minutos en bici del centro de Ámsterdam se ha restaurado y relanzado como un hotel acogedor y con una comida excelente cortesía del equipo tras los restaurantes 212 y De Juwelier.

Bautizado en honor del histórico pueblo que lo acoge, este portento de 14 habitaciones es una celebración del diseño sencillo y de bajo impacto, con esa mezcla de muebles vintage y hechos a encargo –incluidas las camas Hypnos con preciosos cabeceros de madera de tulípero local con inspiración marina–, pero también de la era dorada de Vermeer, por medio de su particular uso de la luz natural, las mantas aterciopeladas y la paleta de verdes, óxidos y tierra.

El relajado restaurante de concepto abierto, De Mark, abarca toda la planta baja y ya es uno de los favoritos de la zona, con una estufa de leña, barra y puertas que se abren a una terraza con vistas al lago de agua salada Imjeer (que fue una ensenada del mar del Norte hasta la construcción de la presa en 1932). Lo dirige el chef Koen Marees, conocido por sus menús imaginativos y centrados en las verduras que cuentan con platos como el steak tartar de tomate y el bacalao asado con suero de mantequilla y crema de apionabo a la barbacoa.

El piso de abajo es un coqueto salón privado iluminado por las velas y perfecto para tomar vino. Los huéspedes pueden internarse en la ciudad en taxi, alquilar una de las bicicletas eléctricas del hotel para explorar o acurrucarse junto al fuego, y los más valientes bajan hasta el muelle del hotel y se zambullen en el lago. A partir de 285€.

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