La escritora Ana Rossetti y la ilustradora Carmen García Huerta han querido homenajear el papel de las mujeres con este mapa ilustrado de Malasaña, empezando por Manuela Malasaña, la mujer que dio nombre a un barrio de Madrid. ¿Qué hazañas se esconden tras su figura? La historia se remonta al 2 de mayo de 1808, cuando las tropas de Napoleón Bonaparte ocupaban la capital.
Fue entonces cuando Manuela, bordadora de profesión, entró en escena: de vuelta en su casa, en el Parque de Artillería de Monteleón, la heroína se unió a un grupo de militares españoles que se enfrentaban a las tropas francesas.
Daoíz y Velarde, que custodiaban las puertas del parque, fueron vencidos y Manuela falleció tratando de defender su ciudad. Así fue como nació el nombre de uno de los barrios más emblemáticos del corazón madrileño.
Malasaña, enclavado dentro del barrio de Universidad, tal y como explica la escritora Ana Rossetti, limita al sur con la acera de los pares de la icónica Gran Vía, al este con los impares de Fuencarral, al norte con también los impares de Carranza y al oeste con los pares de San Bernardo.
Y entre las calles que trazan esta zona repleta de coquetas tiendas y acogedoras cafeterías, también nos topamos con otras grandes figuras femeninas, entre las que destacan Rosalía de Castro, Concepción Arenal, Clara Campoamor, Rosa Chacel y Emilia Pardo Bazán.
Por ejemplo, esta última, escritora y defensora de los derechos de las mujeres, vivió en el número 35 de San Bernardo; mientras que los almacenes de Catalina de la Cerda dieron lugar a las calles Madera Alta y Madera Baja, Blanca Coronel y su pez han bautizado una calle, Teresa de la Cerda fundó el convento de San Plácido y Ana Félix de Guzmán, el noviciado jesuita. Un barrio marcado por las grandes mujeres que lo habitaron y que el callejero homenajea cada día, pero de cuya historia no siempre somos conscientes.
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“En la calle de La Justa, hoy de los Libreros, aún está el balcón de la soprano Giulietta Colbrand, conocida en el mundo de la poesía como Julia Espín, y la placa en el lugar donde Felipa Polo regentó su renombrada librería”, explica la autora impulsora de este proyecto.
Más tarde serían otras mujeres las que apostarían por la justicia literaria: “Rosalía de Castro escribió la Carta a Eduarda; Concepción Arenal, La mujer del porvenir; Carmen de Burgos, La mujer moderna y sus derechos, marcándonos el camino que nos lleva al 1 de octubre de 1931 y a Clara Campoamor”, relata Rosseti.
“Rosa Chacel llegó a él cuando se cumplía un siglo de la defensa del cuartel de Monteleón en la que, entre los militares y civiles que perdieron la vida, cincuenta y ocho eran mujeres. De ellas solamente quedan tres nombres: Manuela Malasaña, Benita Pastrana y Clara del Rey”.
“Los años de Rosa en la calle de San Vicente Ferrer le inspiraron una novela singular: Barrio de Maravillas. Un barrio de mujeres con talento, coraje y generosidad”, concluye.
Este mapa ilustrado de Malasaña forma parte de un proyecto cultural, promovido por el Ayuntamiento de Madrid, y se incluyó en las páginas centrales de la revista eme21magazine.