Velero Forquilla: una vuelta al mundo en familia con fecha de partida

El próximo 27 de abril tenemos una cita en Barcelona: Carmen, Ori y Leo darán el pistoletazo de salida a la mayor aventura de sus vidas. ¿Les acompañamos?
Velero Forquilla
Velero Forquilla

La del Velero Forquilla y la de sus tres tripulantes, es una de esas historias por las que todo amante de los viajes que se precie siente cierta dosis de envidia. Vivir fuera de los planes establecidos y de las imposiciones sociales, cambiando el modelo de casa tradicional por una embarcación que surca los mares y descubrir cuantos más destinos mejor. ¿No suena mal, verdad?

Fue en el año 2019 cuando los protagonistas que han hecho posible esta historia, Carmen y Ori, se conocieron y desde entonces no se han separado. Por el camino juntaron la pasión por el mar y por los viajes, siendo en enero de 2021 cuando se mudaron a su actual residencia, el Velero Forquilla. Su hijo Leo llegó poco tiempo después y con sus casi dos años de vida, el mar ya es parte de su hábitat natural.

Ahora emprenden la que será su mayor aventura hasta la fecha, una vuelta al mundo en la que zarparán desde Port Balís (Barcelona) rumbo a las Islas Baleares, y de ahí, al resto del globo. Lo harán la tarde del próximo 27 de abril en una ruta marcada en la que todavía no existe fecha de vuelta. ¡Eso ya se verá! ¿Conocemos su historia?

La familia de Leo, Ori y Carmen.Velero Forquilla

LOS INICIOS DEL VELERO FORQUILLA

Para Carmen y Ori, la pasión por el mar se les inculcó desde bien pequeños. Nacida en A Coruña, Carmen se vinculó desde su nacimiento a la náutica debido a que su padre tenía una pequeña motora con la que salían a pescar por puro hobby. “Al ser la pequeña de cuatro hermanos era casi obligada a salir a las cinco de la mañana a acompañar a mi padre y ahí fui poco a poco enamorándome del mar. A los 18 años me saqué el PER (Patrón de Embarcaciones de recreo), pero la vela no la toqué hasta los 21 años en un viaje con mi hermano por Croacia en velero. Ya en el Forquilla me saqué el título de Patrona de Yate”, cuenta a Condé Nast Traveler.

Fue a los ocho años cuando toda la familia se muda a Madrid y, al cumplir la mayoría de edad, cuando Carmen estudia Comunicación Audiovisual, Publicidad y Periodismo. Posteriormente, se traslada a estudiar cine a Cuba y Londres donde comenzó a ejercer su profesión en el equipo de dirección de diversos proyectos cinematográficos.

El amor por los viajes me llevó a recorrer medio mundo con mi mochila. Siempre me ha gustado conocer gente y experimentar cosas nuevas. Inquieta y con muchos proyectos desarrollándose de forma paralela, me considero bastante apasionada de todo lo que se me cruza por delante. Procuro poner todo el corazón en lo que hago y esta creo que ha sido la clave de mi éxito en los distintos ámbitos”, reconoce Carmen.

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Por su parte, Ori nació en Masnou (Barcelona) y desde muy joven la palabra ‘aventura’ no ha formado parte de su vida, sino que ha sido su forma de vida. Muy vinculado siempre a la montaña, en su trayectoria profesional ha sido monitor de esquí, de windsurf, de campamentos de todo tipo e incluso ha formado parte de un campamento en Holanda en el que viajaban en veleros antiguos. Se sacó el PER hace quince años, el de Patrón de Yate hace seis y el de Capitán de Yate hace tres.

“Hice un curso de edición de vídeo y empecé mi trabajo en bodas, bautizos y comuniones haciendo pequeñas piezas, mientras seguía con los campamentos. Posteriormente, entré en Tesauro en el equipo de producción, pero en seguida me derivaron al departamento de cámara, en el que trabajé en los diferentes puestos durante casi 30 años. El último salto lo di a operador de cámara, donde he trabajado gran parte de estos años”, indica Ori a Condé Nast Traveler.

Y añade: "absolutamente enamorado de viajar, he recorrido por tierra casi todo el mundo y el mar siempre me dio miedo, pero me atraía salir de mi zona de confort, por lo que empecé a sacarme los títulos náuticos y a navegar con amigos. Pronto alquilé mis primeros veleros y me enamoré locamente de esta vida y quise dar la vuelta al mundo. El esquí sigue siendo de mis actividades favoritas, así como perderme en la montaña”.

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Una aventura en familia.Velero Forquilla

UNA VUELTA AL MUNDO SOÑADA

Ambos se conocieron en 2019 con la idea de dar la vuelta al mundo en vela como reto personal ya rondando en la cabeza de Ori. Fue con la llegada de Carmen cuando el proyecto recibe ese empujón final para trasladarlo de un sueño a una realidad. Juntos comenzaron con el primer paso, la búsqueda del barco; y lo encontraron en junio de 2020 en Sicilia. En enero de 2021, ya en Barcelona, se mudaron a él y, desde entonces, no han cesado en trabajar en el proyecto compaginándolo con sus trabajos en el mundo del cine.

Su hijo Leo llegó a a la tripulación en 2022 y lejos de frenarles en su propósito, han aumentado las ganas de enseñarle una forma diferente de mirar el mundo. “Este proyecto empezó como una hazaña, una salida de nuestra zona de confort y una manera de entender el mundo con más calma, empapándonos de diferentes culturas y lugares, pero desde la llegada de Leo se ha convertido en mucho más que eso. La idea es mostrarle un mundo desde la mirada inocente de un niño, sin prejuicios, sin malos hábitos. Queremos que entienda que la infancia es mucho más que ir al cole y ver la tele, el mundo está ahí fuera y merece la pena vivirlo en todo su esplendor, lleno de idiomas y colores, lleno de formas diferentes de ver la vida y que no hay una sola correcta”, reconocen Carmen y Ori.

El Velero Forquilla.Velero Forquilla

La embarcación en la que van a realizar esta prometedora aventura es un velero de catorce metros de eslora y 4,5 de manga, de fibra de vidrio con cubierta de teca. Tiene tres camarotes, uno central (el de Carmen y Ori) en proa, y dos en popa, el de su hijo Leo y el de invitados. Un salón con cocina central con la mesa de cartas y dos baños. La mayor parte de su tiempo transcurre fuera en el exterior, donde también tienen una mesa, dos bancos y la zona de navegación. Tiene dos velas mayor y génova en proa, y pronto incorporarán unas velas tipo Código Cero y un tormentín.

¿Y el nombre del velero? Es el propio Ori quien responde a esta cuestión: “Al mudarse Carmen a Barcelona, empezó a estudiar catalán y la palabra ‘forquilla’ que significa ‘tenedor’ le llamó muchísimo la atención. Después de un largo proceso de debate, me convenció, y lo llamamos así”, reconoce.

Antes de la llegada de este 27 de abril han tenido que poner a punto su experiencia náutica y han sido muchos los destinos por los que han navegado en estos últimos años. “Más allá de salir por la costa de Barcelona, los viajes en los que nos hemos probado fueron primero la Costa Brava, después otro viaje de casi tres meses por Baleares, Cerdeña, Sicilia y las islas Eolias. Con Leo hicimos de nuevo Costa Brava y otros tres meses por la costa española, llegando hasta Andalucía. Después hicimos otros tres meses navegando Baleares, Cerdeña, Córcega, Isla de Elba, costa italiana y francesa. Y aquí estamos”, señalan.

Para esta vuelta al mundo más allá de sus títulos náuticos, lo primero que hicieron fue desmontar el barco de punta a punta para conocerlo a fondo. Tras eso llegaron diversos cursos de mecánica, de electricidad, electrónica, supervivencia en el mar, primeros auxilios, buceo, apnea, prácticas con Salvamento Marítimo, pesca, todos los tutoriales de Youtube que se les ponían por delante, muchísimos manuales y libros náuticos.

Llevamos tanto tiempo de preparación, casi cuatro años, que la emoción desborda. Por fin vamos a empezar el proyecto soñado y todo se ha ido colocando en su sitio, tenemos miedos, por supuesto, pero sentimos que vamos a hacer algo que merece mucho la pena y estamos deseando conocer miles de lugares que llevamos tanto deseando”, reconocen a Condé Nast Traveler, Carmen y Ori.

Leo a sus dos años está a punto de emprender el viaje de su vida.Velero Forquilla

LO QUE ESTÁ POR LLEGAR

Carmen, Ori y Leo partirán desde Port Balís en Barcelona a finales de abril. ¿Y después? De ahí, cruzarán las Baleares y pondrán rumbo al sur de España y Portugal con Porto Santo, Madeira, Canarias y Cabo Verde. Posteriormente, cruzarán el Atlántico y el Caribe. “No hemos decidido nada sobre esta zona, pero tenemos claro que pasaremos allí mucho tiempo”, indican.

Después cruzarán el Canal de Panamá empezarán con la travesía por el Océano Pacífico. Primero por las Islas Galápagos, después las islas Marquesas, a continuación Polinesia Francesa, (Tahití y Bora bora) después Tonga, Fidji, Vanuatu, Nueva Caledonia, Islas Solomon, Papúa Nueva Guinea y Australia. Y tras este, empezarán el Océano Índico: Indonesia, Malasia, Tailandia, Birmania, Bangladesh, India y Sri Lanka.

“Y llegados aquí, podemos ir por el Golfo de Adén y remontar la costa de Arabia Saudita con Somalia, Yibuti, Eritrea y Egipto, recorriendo el espectacular Mar Rojo y entrando al Mediterráneo por el canal de Suez y volviendo por este mar a casa, recorriendo Grecia. Para ello estudiaremos la geopolítica del momento cuando estemos más próximos de tomar esta decisión, y en caso de que sea inseguro hacerlo de esta manera, nos enfrentaríamos a bordear África por el otro lado, evitando los puntos calientes de piratería, pasaríamos por Madagascar, daríamos la vuelta a Sudáfrica y subiríamos la costa Atlántica del continente hasta volver a cruzar el estrecho de Gibraltar y remontar Mediterráneo hasta Barcelona. No hay fecha de vuelta ni previsión alguna, y eso nos encanta”, señalan.

Su día a día en el barco consiste en despertase en alguna cala, desayunar, bañarse, escoger un nuevo destino, levantar el ancla, navegar unas horas, intentar pescar y tirar el ancla en otro lugar. Ahí suelen bajar con la auxiliar de playa, inspeccionar el nuevo destino, hacer alguna excursión y comprar lo que sea necesario, para posteriormente volver al barco. Es entonces cuando preparan la cena, duermen a Leo, leen un rato y a dormir. “Siempre estamos vigilando la previsión meteorológica y somos muy previsores, es muy importante elegir bien el lugar donde tiras el ancla”, comentan los dueños del Forquilla.

Leo se ha criado navegando.Velero Forquilla

Sobre el hecho de la presencia de su hijo Leo en la ecuación, son ellos mismo quienes contestan: “Tiene casi dos años y siempre ha vivido en el barco, por lo que la adaptación ha sido como la de cualquier ser humano a la vida. Lo bueno es que el barco no tiene esquinas puntiagudas, es bastante más seguro de lo que la gente podría llegar a pensar, por lo que aprender a gatear y caminar a bordo ha sido relativamente sencillo. Leo gateaba con 3 meses y caminaba con 9, tiene un equilibrio envidiable y disfruta mucho de la navegación y, sobre todo, de poder estar el 100% del tiempo con sus padres”, reconocen.

¿Y respecto a la vida en pareja? “Es algo que nos preguntan mucho, pero la realidad es que nos llevamos muy bien y la convivencia es perfecta, nunca hemos notado el agobio de estar tan pegados; somos muy felices juntos y a partir de aquí, donde estemos es casi lo de menos. Suena muy idílico, pero es que sinceramente es lo que sentimos”, añaden.

Sin lugar a dudas, no estamos ante lo que la sociedad puede denominar como una familia tradicional al uso. ¿Pero qué familia lo es? Carmen, Ori y Leo no hacen más que confirmar que otro estilo de vida es posible siempre y cuando juguemos con un poco de imaginación y motivación.

“La vida pasa, muy rápido, y no queremos que llegue el día en el que nos arrepintamos de no haber hecho algo así por miedo a la incertidumbre. Hay que vivir el presente sin perder de vista el futuro, pero de algún modo nos han inculcado que lo que hay que hacer es vivir en futuro y ¿quién nos garantiza que el futuro llegará?”, sugieren.

“Lo que más nos motiva es la cantidad de gente que puede estar viendo que es posible hacer algo así, que hay otras maneras de vivir y que nosotros estamos siendo parte de ese cambio en sus mentes. A nosotros también nos parecía imposible y aquí estamos, quién te dice a ti que no serás el siguiente”, añaden. Se puede decir más alto, pero no más claro.

Será desde Port Balís desde donde Carmen, Ofi y Leo dirán ‘hasta pronto’ a amigos, familiares y toda las personas que deseen compartir este momento la tarde del próximo 27 de abril en una gran fiesta de despedida de 16:00 a 18:00. "Es abierta a quien quiera venir, habrá sorteos, regalos, música en directo y un montón de sorpresas”, añaden.

A largo plazo planean preparar un documental de toda la travesía, pero mientras tanto tendremos que seguirles la pista desde muy de cerca en sus redes sociales. Será en ellas desde donde compartan su día a día y los nuevos destinos que vayan visitando.

La aventura no ha hecho más que empezar.

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