Mi gran boda coreana

Las bodas en Corea duran una media de dos horas, incluido el banquete. Pero dan para mucho y vas a desear que te inviten a una.
Mi gran boda coreana
Alba Rocher

Unos diez mil kilómetros separan España de Corea del Sur. Una distancia que no impidió que estuviera allí en el gran día de Moon Young. Su boda se celebró en una localidad llamada Namyangju, a unos veinte kilómetros del centro de Seúl.

Cuando recibimos la invitación ya nos avisó de que iba a durar un par de horas. Y ahí van incluidas la recepción, las fotos, la ceremonia y el banquete. Pero estas dos horas dan para mucho y ser los únicos occidentales en el evento fue una experiencia increíble. Un destino para saber cómo se celebran las bodas alrededor del mundo.

Llegamos un poco antes de la hora establecida a un ‘Wedding Hall’, una especie de hotel dónde se celebran varias bodas a la vez. A las 12 era la nuestra, y menos mal que íbamos acompañados de amigos coreanos, porque si no, hubiera sido difícil descifrar en qué sala nos tocaba.

BRIDE ROOM

Uno piensa que el vestido de la novia es el secreto mejor guardado. No así en Corea. Ya en la invitación de boda, tecnológica y digital, por supuesto, deleitan a los invitados con un reportaje fotográfico en el que se ve el vestido y también otros ‘outfits’ de la sesión de fotos. No existe, por tanto, esa superstición de ver a la novia vestida antes del enlace.

La gran pasarela en la boda.Alba Rocher

Sin embargo, el día B, la novia tiene una habitación propia en el vestíbulo del hotel. La Bride Room. Algo muy curioso puesto que ella está sentada con su increíble vestido de princesa en un sofá decorado de flores y la gente que va entrando a saludarla se sienta al lado para hacerse fotos. Un photocall previo a la celebración de la boda en toda regla.

LA CEREMONIA DE UNA BODA COREANA

Las madres de los novios van vestidas con el hanbok tradicional, vestido típico coreano, y son las primeras en entrar por la pasarela las dos juntas. Sólo las madres y abuelas de los novios pueden llevarlo. Además, la tradición marca que la madre del novio lo lleve en color azul y la madre de la novia en color rosa.

Hay una pasarela enorme como si fuera un desfile de modelos y el siguiente en entrar es el novio, que lo hace sólo y en este caso se marcó un baile muy divertido. Por último, la novia con su padre.

Entonces llega el momento de los votos El padre ofrece a la novia a su futuro marido y él se inclina ante el padre. Luego se producen los discursos y en este caso el padre del novio cantó una canción para la madre en señal de agradecimiento. Fue algo súper bonito porque el protagonismo lo ostentan las madres. El padre da gracias a la madre por haber traído al mundo al hijo, porque sin ella este acto no se estaría celebrando.

Las madres de los novios van vestidas con el hanbok tradicional.Alba Rocher

Los recién casados van a cada lado a ofrecer su respeto y agradecimiento a los padres de ambos. Se inclinan y muestran su respeto con una reverencia. Y al final el novio se dirige al público, con la novia de la mano y grita tres veces ‘Man-se’, que significa 10.000 años, algo muy común para pedir y atraer buenos deseos para el matrimonio.

¿Qué pasa con el ramo de la novia? En esta ocasión no se tira al azar. Hay un pacto con la persona más cercana a la novia que es la que recogerá el ramo cuando ella lo lance. En ese momento todos los amigos y amigas están situados detrás para que se capte la imagen del momento.

MOMENTO FOTOS

Las fotos con los novios: Una parte que suele ser pesada y aburrida por la espera, para nosotros fue de lo más divertida y sorprendente. Todo está muy medido, cada familia se pone en su lado y se saca una instantánea de todos juntos.

Después van los amigos. Cada lado está reservado para amigos del novio o de la novia. Me hizo mucha gracia porque al ir por parte del novio fui la única chica que estaba en ese lado. Tienen todas las poses preparadas y están pendientes de todo. El fotógrafo, sin ir más lejos, me colocó un móvil en la mano cuando se percató de que yo no llevaba el mío. Me lo dio con la linterna puesta para una fotografía en la que todos les apuntan con el móvil a los novios.

BUFFET ASIÁTICO O EL PARAÍSO DE LOS AMANTES DE LA COMIDA

Sí. Como lo lees. Un buffet de hotel enorme, donde cada uno se sirve la comida que quiere. Eso sí, todo debes hacerlo en una hora más o menos. Ya sabes que los coreanos son así de rápidos para todo. De hecho, cuando todo termina, algunos se van a trabajar siendo un sábado por la tarde. Cultura coreana a la máxima expresión.

Buffet libre de sushi.Alba Rocher

¿Qué podemos encontrar? Pues (casi) de todo. Desde distintos tipos de sushi, noodles, sopas con arroz o dumplings. No falta tampoco el Kimchi o los takoyakis. Es un paraíso de comida asiática pero también hay comida más occidental como pizza, pasta o nachos. Tranquilos porque también hay dulce: postres tradicionales coreanos, en este caso rice cake de sabores.

Lo que más me sorprendió fue que había una parte entera de buffet de desayuno continental (croissants, cereales, pan con mantequilla, mermelada etc.) Quizá a alguno no le había dado tiempo a desayunar.

Otra curiosidad es que la parte de la comida se comparte con otra boda que se celebra en una sala de al lado. Menos mal que los amigos coreanos estuvieron pendientes en todo momento, sólo faltaba que nos hubiéramos equivocado de sala, creo que no nos hubiéramos dado cuenta.

La novia se quita el vestido y se pone más cómoda. Y empiezan a recorrer las mesas saludando a la gente y asegurándose que todo está bien. No hay mesa de novios ni tampoco ellos comen en ese momento. Esperan a que todos los invitados se vayan y se quedan ellos dos solos comiendo en privado.

Los postres en mi gran boda coreana.Alba Rocher

FIN DE FIESTA

Aunque esto no es nada común, los amigos coreanos quisieron pasar tiempo con nosotros y después de la boda nos fuimos a un bar, donde sigues comiendo. Sí, sigues comiendo después de haber comido en un buffet. Así que no te extrañe que empieces a beber cerveza acompañado de pollo frito, a la media hora de verduras y kimchi o de sopa de pescado.

El sitio era muy curioso porque servían ‘Snow Beer’, cerveza con nieve por encima que hacían en una máquina que te sacaba la nieve.

Pasamos horas bebiendo, (yo era incapaz de comer más) y hablando de nuestras diferencias culturales y aquello que nos unía. La felicidad de pasar un rato con gente que no sabes si volverás a ver por la distancia.

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Como colofón final: ‘Photo Studio’ con coreanos. Momento top porque lo hicimos con ellos y es algo que forma parte de su cultura. Y antes de las despedidas, fuimos a la casa de recién casado de Moon. Que como buen anfitrión no nos dejó marcharnos a Seúl sin probar sus gambas al ajillo, ¡a las 12 de la noche! Y colorín, colorado, esta boda coreana se ha acabado.

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