Esto es lo que aprendí después de un vuelo de 18 horas con un niño pequeño

Y lo que habría deseado saber con antelación.
Niño pequeño sentado en un avión mira una tablet con auriculares mientras sujeta un perro de peluche.
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Subirse a una de las rutas de vuelo más largas del mundo siempre es un reto, mucho más si vas a volar con niños pequeños, pero yo ya había decidido que había llegado el momento de presentar mi hijo ante ciertos miembros de mi familia paterna, a los que no veía desde hacía 20 años, así que acabamos por embarcarnos en un vuelo de 18 horas de Londres a Bali. Esto es lo que aprendí durante aquel viaje… y lo que habría deseado saber con antelación.

SI VAS A HACER ESCALA, PLANTÉATE CUÁNTO DURA CADA PARTE DEL VUELO

Decidí hacer la escala en Singapur en lugar de en Dubái porque pensé que se haría más fácil para todos quitarnos la mayor parte del trayecto con una maratón de 13 horas y después completar las tres horas restantes de Singapur a Bali. Salió muy bien, ya que que empezamos el viaje con un vuelo nocturno y no hizo falta interrumpir el sueño de mi hijo, lo que sí habría ocurrido si hubiéramos parado en Dubái después de solo siete horas.

PIENSA EN LA DURACIÓN Y EL MOMENTO DE LA ESCALA

¿Vas a querer dormir al niño y aprovechar para explorar la ciudad, o prefieres hacer el trayecto lo más rápido posible? Yo elegí esto último, ansiosa por llegar al destino. Tuvimos una parada de dos horas perfecta para estirar las piernas y quemar energía antes de subirnos al último tramo del vuelo, para el que quería que estuviera despierto.

PLANEA EL VUELO NOCTURNO SEGÚN LOS TIEMPOS DE LLEGADA

Para minimizar el jet lag, estudia los tiempos de sueño y la diferencia horaria entre el destino y el origen y, si es posible, aprovecha para realizar un vuelo nocturno. Yo reservé un vuelo de salida nocturno, pero después me di cuenta de que la hora local de llegada sería la medianoche y por lo tanto tendríamos que irnos a la cama nada más llegar: tenía todas las papeletas de ser un infierno de jet lag. Por suerte, nos mantuvimos despiertos en la última parte del viaje y estábamos tan cansados que, una vez que aterrizamos, no tardamos demasiado en dormirnos.

INVESTIGA LA AEROLÍNEA

Nosotros volamos con Singapore Airlines, que, como descubrí enseguida, es una aerolínea muy family-friendly. Durante la reserva me ofrecieron opciones de bebé, infantiles, vegetarianas, occidentales y orientales para las comidas en el avión para mi hijo de tres años, una selección impresionante que pude escoger con antelación. También nos dieron un pack de entretenimiento a bordo, que incluía un puzle y lápices de colores, y el equipo se manejaba genial con los pasajeros más pequeños. Para quienes viajan con bebés, la mayoría de aerolíneas calientan leche materna durante el vuelo y puedes pedir una manta para dar el pecho con más intimidad.

Un asiento de ventanilla proporciona muchísimas ventajas cuando viajas con niños pequeños.

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ELIGE LOS MEJORES ASIENTOS CON ANTELACIÓN

Tuve suerte y pude seleccionar los asientos durante la reserva, así que me ahorré los agobios de última hora para intentar conseguir el asiento de ventanilla a una distancia prudencial del aseo. Si bien no me hacía falta acceder al cambiador de bebés, sí me llevé un adaptador de retrete para niños plegable. Conseguimos un asiento en el que no teníamos a nadie detrás, así que solo tuve que preocuparme de no molestar a una fila de pasajeros, en lugar de dos, y la ventanilla mantuvo a mi hijo distraído durante el despegue y el aterrizaje cuando tuve que guardar sus entretenimientos.

ASEGÚRATE DE QUE SUBIR EL CARRITO AL AVIÓN ESTÁ INCLUIDO Y PERMITIDO

Singapore Airlines me permitía subir el carrito plegable de mi hijo, pero una parte del viaje la hacía con su aerolínea hermana, Scoot, que limita el acceso de carritos según el espacio. Tuvimos mala suerte e hizo falta facturarlo sin funda, lo cual me puso un poco nerviosa, pero afortunadamente volvió sin un rasguño.

INVIERTE EN UNA CAMITA PARA EL AVIÓN

Decidí llevar un alargador de asiento para convertir el asiento de mi hijo en una camita. Muchas aerolíneas, a la hora de volar con niños, tienen distintas normas en lo que a camitas y alargadores de asiento se refiere, y solo se permiten en el asiento de en medio o el de ventanilla, así que lo mejor es consultarlo con antelación. Plantéate si quieres llevarte una maleta infantil que se convierte en una camita como la maleta de ruedas Stokke o invertir en un colchón hinchable. Yo opté por la ‘tabla’ Bubba, ya que me proporcionaba el equilibrio perfecto de comodidad, ligereza a la hora de carga con ella y facilidad de montaje. Fue increíble, mi hijo durmió profundamente más de diez horas. Solo tardé dos minutos en montar la tabla en el asiento y acoplar la extensión a la bandeja del asiento, y mi hijo enseguida se acurrucó y se quedó dormido. A partir de ahora, no viajaremos sin ella.

LLEVA UNA MOCHILA COMO EQUIPAJE DE MANO

Factura todo lo que puedas y llévate lo imprescindible en una mochila de viaje como equipaje de mano: te harán falta las manos para correr de un vuelo a otro y para pasar el control de seguridad. Yo además llevé el móvil y la documentación en una bandolera en la que pudiera llevar las cosas accesibles. Puede que pareciera que iba cargada como un burro, pero me ahorró el tener que rebuscar para buscar los pasaportes.

Llevar entretenimientos para los pequeños es fundamental para que el viaje se haga llevadero para ellos… y para los demás.

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INVESTIGA QUÉ SERVICIOS OFRECE EL AEROPUERTO

Pregunté cómo tendría que hacer para reservar plaza en el lounge, ya que teníamos que estar como mínimo con tres horas de antelación en el aeropuerto, pero salía demasiado caro. En su lugar, vi que había una zona de juegos, y mi hijo la disfrutó muchísimo.

Ver fotos: Dublín con niños

LLEVA UNA BOLSA DE ENTRETENIMIENTOS

Aunque la aerolínea nos ofrecía un paquete de entretenimiento y actividades de a bordo estupendo, decidí llevar unos cuantos juguetes que pudieran usarse en el avión, entre ellos plastilina, papel y lápices, auriculares, libros y la famosa tablet para que usara a ratitos. También llevé una almohada inflable y una manta esperando que esa familiaridad con la rutina de casa nos ayudara a pasar una noche de sueño reparador. Eso sí, la almohada y la manta venían incluidas con el asiento, así que me podría haber ahorrado el espacio en el equipaje.

Este artículo se publicó en abril de 2024 en Condé Nast Traveller UK.

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