Ruta por la Barcelona de los oficios artesanos

La intención de estos artistas (ceramistas, alfombreros, escultores, tejedores, pintores, banasteros…) es recuperar las prácticas de antaño. Por un lado para realizar cosas útiles, que necesitamos, como antes, pero también para convertirlas en arte.

“Desde pequeña he buscado mi esencia allí, en lo especial y único, que se hace poco a poco y con la ayuda del propio cuerpo”, rememora la estilista Sylvia Bonet.

Si buscas un recorrido original y auténtico por la Ciudad Condal, a continuación, te mostramos sus (y nuestras) paradas obligatorias.

WORKING IN THE REDWOODS - C/ de Lluís el Piadós, 4.

Miriam Cernuda es quien está detrás de esta firma de cerámica. Si te preguntas de dónde procede el nombre, ella detalla que Working in the Redwoods viene a decir algo como “trabajando en las secuoyas”. Sus colecciones de platos y otros utensilios para la mesa están inspiradas en la simplificación de las formas clásicas, propias de las antiguas civilizaciones. Esas que iniciaban un trayecto a través del mediterraneo, partiendo desde España, Italia, Grecia y Mesopotamia hasta Egipto.

“Todo este recorrido habla de ese carácter que tan bien nos simboliza”, opina Cernuda, rescatando métodos de modelado artesanales y dando énfasis al tono natural de la tierra y sus distintos orígenes. De este modo, obtiene piezas orgánicas y delicadas, casi como una escultura, llenas de magia e historia.

De Working in the Redwoods Sylvia destaca “el azul de la colección Mesopotamia, un añil con mucha luz”.

TWEE MUIZEN - C/ d'En Mònec, 16.

Twee Muizen son dos: Denís Galocha –la parte pictórica y gráfica–, y Cristina Barrientos –la parte textil–. Denís estudió Bellas Artes y Cris, diseño de moda.

“Echamos la vista atrás, hasta los comienzos en Ámsterdam hace doce años, y nos damos cuenta de que seguimos haciendo lo que más nos gusta. Es decir, a través de diferentes técnicas llegamos a un mismo fin: la creación de personajes en entornos surrealistas”, subrayan.

En su trabajo más reciente han añadido un conjunto de máscaras bordadas y tapices de lana, como un homenaje al folclore contemporáneo y a sus raíces gallegas.

“Hace algunos lustros vivía a lado de su estudio y, al pasar por delante, me fascinaba ver esas máscaras cuya musa es la cultura popular. Sin entenderlas del todo, me tenían seducida. Es curioso, mi oficio siempre me ha llevado a acercarme a autores con sangre galaica, el primero de ellos, Manuel Bolaño”, expone la estilista catalana.

OIKOS ESTUDIO - Calle Pere IV, 122.

Pascale Zintzen es la fundadora y diseñadora de Oikos Estudio. Es una artista multidisciplinar, pues se expresa con cerámica, tapicería e ilustración. La obra de Pascale está motivada por la estética wabi-sabi, la naturaleza, la infancia, y el ambiente mediterráneo. Su práctica se caracteriza por una fabricación lenta, respetando los tempos y procesos necesarios para cada una de las piezas.

“Me muevo con óleo, pastel y acrílico, sobre papel y lienzo mayoritariamente. O à plat, que es cuando el acrílico se aplica directamente sobre el soporte. Tengo mucho tiempo para desarrollar el concepto o la paleta cromática en mi mente”, describe Pascale, desde su preciosa casa de campo en El Perelló (Tarragona).

Sylvia adora la serie Poulet-Plage por su cotidianidad tan simple y bonita.

“Surge de lo que amamos hacer con mis hijos: por la mañana, reservamos un "pollo al'ast" en el pueblo, vamos a la playa, nadamos, jugamos… Luego llevamos el pollo de camino a casa. ¡y a comer! El potencial de unas pocas formas es infinito, me da mucha alegría”, dice la belga.

RAÚL DEL CHANO - C/ Font Honrada ,14, 2-3.

Raul es barcelonés, banastero de vocación y empedernido buscador de nuevas siluetas.

“Mi proyecto se gesta bajo la pátina de los veranos de mi niñez: barcos de junco que nos hacía mi yayo mientras nos bañábamos en el río Mijares; reparaciones de sillas con trenzado de sisal al sol de la tarde y cuando el calor se calmaba; cisclas (es el nombre común en la zona del sur de Teruel y parte de Castellón que designa salvamanteles de boga u otros materiales) de tiras de tejidos con mil colores…” recuerda a modo de homenaje el artista, que siente imperativo volver a sus ancestros, y a sus manos, a fin de atesorar un legado.

Poco a poco e influenciado por cesteros de diferentes países, empezó a innovar y crear nuevos volúmenes y texturas. “De allí nacieron mis esculturas Frente al Terrero, Riada 1800 y las lámparas Caléndulas”, comenta mostrando su nueva especialidad: los techos de cañizo, tan comunes en las masías o casas de pueblo de la zona mediterránea. El plan es vestir, a modo de tapices, los espacios entre viga y viga de madera. Para ello usa caña pelada cortada en luna vieja de enero, tal y como se hacía antes, y tejida con cuerda de esparto.

ÁLVARO PICARDO: C/ Ganduxer, 5.

“Me puse en marcha pintando pantallas de lámparas por accidente. Y, hoy, han servido para abrir totalmente mi vena creativa. Lo estoy utilizando como excusa para dar rienda suelta a mi imaginación y, a la vez que creo y diseño, aprendo, pues soy 100% autodidacta”, se presenta.

Álvaro intenta aportar algo de calidez al resultado, ya que considera que la imperfección que ofrece cualquier detalle pintado a mano, por muy preciso que esté, es infinitamente superior y único a la perfección producida por una máquina u ordenador.

Según él, “en un mundo regular, global y donde todo es igual, estos detalles nos recuerdan la importancia de ser diferente y celebrar esas desigualdades y contrastes”. E insiste en pintar siempre que sea posible sobre pantallas recicladas, y darles una nueva vida, o elegir alguna que esté hecha a mano y localmente.

“Representan el lienzo perdido y olvidado de cualquier habitación; una oportunidad de dar color y personalidad a un objeto funcional que ha estado ignorado”, confiesa.

TURKESTAN - C/ Roger de Llúria, 90.

“Aquí, a diferencia de Madrid, con espacios como el de Juan Rica Basagoiti o el Bermondsey, hay poca costumbre de alfombras. En primavera, ya se enrollan y se guardan, porque la gente alega que hace demasiado calor para ponerlas”, descubre con cierto pesar Juan Sastre, el propietario de Turkestan. Y, ojo, la gran referencia en Barcelona en la decoración con alfombras orientales. Su filosofía se basa en potenciar la pequeña escala, localizar las últimas tendencias y proponer una selección sin igual. ¿Cómo? Con una propuesta de alfombras anudadas a mano y la mirada puesta en el sol naciente.

“Las materias con las que se elaboran son naturales y el proceso de confección es respetuoso con el medio ambiente. Por otro lado, las técnicas de hace años pueden resultar una fuente inagotable de ideas, parten de la tradición y resultan 100% modernas”, reflexiona.

BONUS TRACK (por si te quedas con ganas de más al llegar a casa o al hotel)

BIRSA - solo online

“Las líneas puras y la manera en la que un cesto puede convertirse en un elegante bolso”, dice Bonet al preguntarle por lo que más le llama la atención de este sello.

La marca nació en 2020, gracias a la necesidad de Marta Masiá, su creadora, de hacer un proyecto que estuviera relacionado en algún punto con diferentes disciplinas; artesanía, diseño, moda, arquitectura y arte.

Su estilo minimalista da valor al trabajo manual y a una producción ética hecha en Barcelona. En un principio, las piezas estaban hechas de cordón de algodón, un material maleable que se adapta muy bien.

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“Me introduje con unos jarrones destinados a la decoración del hogar, sin embargo, en ese proceso de experimentación y descontextualización del material, surgieron nuevas posibilidades. Por si fuera poco, el siguiente paso fue desarrollar un concepto de “jarrón-bolso” y llevarlo a un producto para el uso cotidiano”, defiende.

Dicho esto, Birsa está enfocada a un propósito estético, no obstante, y asimismo, a un diseño funcional y versátil pensado para el día a día. “Es fundamental hacer algo duradero, buscando el mayor potencial que brinda el material para obtener una máxima calidad”, concluye al despedirse.

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