Platos típicos de Bélgica: un país para comérselo

Hay más de una decena de bocados y tragos que definen la cocina y cultura culinaria de los belgas. Después de leer la siguiente lista, tendrás otro motivo más para visitar Bélgica.
Plato de coles de Bruselas típicas de Blgica
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Su cercanía con países como Francia o Alemania, y su propia historia, han dado como resultado numerosos platos típicos de Bélgica y han convertido al país en un lugar donde la cocina es sobresaliente en todas sus variantes. Desde sus platos salados hasta los dulces más conocidos y unas bebidas sin igual, la experiencia gastronómica es, desde luego, uno de sus más importantes souvenirs. Esta es la lista definitiva de platos típicos de Bélgica que necesitas para no olvidarte de probarlos todos. ¡Empecemos!

Una ración de frites.

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1. LAS FRITES

El plato número uno en restaurantes, brasseries, fritkots o frituries ambulantes son, sin ninguna duda, las frites. Que no son, ni más ni menos, que ‘simples’ patatas fritas. Pero de simples parecen tener bien poco, porque la receta tradicional de la fritura (se fríen en grasa de buey, he ahí el quid de la cuestión) se estudia hasta en las escuelas de hostelería. Son más que un plato típico, un auténtico símbolo del patrimonio nacional belga. Solo así se explica que tengan hasta un museo propio, el Friet Museum de Brujas. Suelen comerse por la calle, con los dedos y acompañadas de alguna salsa compuesta por mayonesa y especias, como la salsa ‘andaluza’. Las de Maison Antoine tienen fama de ser las mejores de la ciudad. ‏

¡Una de mejillones al vapor!

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2. MEJILLONES COCIDOS AL VAPOR (MOULES)

Siempre servidos con frites; cualquiera diría que en realidad los mejillones son la guarnición de las patatas, y no al revés. Este plato, que tuvo su origen en las costas del país en el siglo XX, tiene su secreto en las salsas con las que lo aderezan: al vino blanco, provenzal, mantequilla de ajo… ‏

Un buen plato de coles de Bruselas.

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3. LAS COLES DE BRUSELAS

Odiadas por muchos, amadas por otros tantos, no podían faltar en esta lista por autóctonas y por ser un acompañamiento habitual de otros guisos más contundentes, como estofado de conejo, pollo, salchichas, pescado o costillas ‏de cerdo (muy churrascadas y acompañadas de una ensalada y patata asada al horno).

Carbonnades flamandes… o carne estofada.

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4. CARBONNADES FLAMANDES

O lo que es lo mismo, carne estofada en cerveza belga y cebolla. Tiene mucho sentido que se utilice una bebida como la cerveza que, en Bélgica, abunda y, no solo en cantidad, sino en calidad. Efectivamente, también se acompaña de patatas fritas y no, no tiene sabor a alcohol.

Así, las endivias apetecen más.

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5. LAS ENDIVIAS

En Bruselas tienen oportunidades culinarias más allá de la salsa roquefort con la que se suelen tomar por aquí. Allí se preparan las chicons au gratin, que son endivias envueltas con jamón y gratinadas con salsa de queso. ‏Toda una delicia.

Puesto callejero de hot dogs en Bruselas.

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6. FRIKANDEL

Digamos que es la versión belga del hot dog. Pero, a diferencia de los perritos tradicionales, en este caso la salchicha está frita y no cocida, y puede servirse sola, sin pan. Se acompaña de salsa de ketchup o ketchup de curry, mayonesa y cebolla troceada. ‏Es muy común ver puestos de frikandel en los mercadillos navideños, donde locales y turistas hacen cola para hacerse con uno de ellos.

Escaparate de una tienda de quesos en Bruselas.

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7. EL QUESO

Los belgas cuentan con más de 80 variedades de quesos, muchos más que los que hay en Suiza, Holanda y Francia juntos. Más que como aperitivo, los quesos se toman de postre, después del plato principal. Merece la pena probar el vieux Hollande o Brique de Flandes. ‏

Pralinés en el mostrador de Pierre Marcolini, Bruselas.

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8. EL CHOCOLATE

Pero si hay un aroma que define a Bruselas (y a toda Bélgica en general) es el de chocolate, apreciadísimo por viajeros y vecinos. Al parecer hay más de 100 tipos de chocolate belga y la especialidad son los pralinés: bombones rellenos de almendras o avellanas confitadas en caramelo. Con decir Leónidas o Godiva es suficiente. Sobran las palabras. ‏

Los famosos fresones.

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9. FRESONES BAÑADOS EN CHOCOLATE

Y hablando de Godiva, sus fresones bañados en chocolate son ya toda una institución y uno de los imprescindibles que pueden encontrarse tras el escaparate de cualquiera de sus tiendas. La preferida por los viajeros es la situada en la Grand Place, la primera que abrió la marca en 1926. ‏

Todas las combinaciones posibles.

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10. EL GOFRE

El gofre es el otro dulce icónico de Bélgica. Los hay por todas partes y son habituales a la hora del almuerzo, merienda o simplemente como un tentempié rápido y calentito. Se suele acompañar de chocolate derretido, nata, azúcar… pero también se toma ‘al natural’, porque no necesitan nada más. Los de The Waffle Factory están riquísimos (difícil opinar lo contrario).

Spéculoos, que no Lotus (es una marca de este tipo de galletas).

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‏12. LAS SPÉCULOOS

Son un tipo de galleta muy típica (sobre todo en Navidad), ultraaromatizada y especiada con canela, nuez moscada, clavo, jengibre en polvo, cardamomo y pimienta blanca, lo que les da su sabor característico. El fanatismo es tal que incluso hay una crema para untar (como si fuera crema de cacao o de cacahuete). Este tipo de galleta se ha popularizado mucho y, hoy en día, varias marcas las comercializan a nivel global.

Los cuberdons, una típica golosina belga.

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12. CUBERDONS O NEUZEKES

Estas golosinas, cuyo nombre significa ’narices’ en español, tienen una característica forma cónica. Son unos dulces típicos hechos con almíbar de sabor a frambuesa o regaliz negro, y son habituales en puestos callejeros, algunos de los cuales incluso venden ‘narices’ exclusivamente. Y ya se han ganado el sobrenombre de bombones belgas. ‏

Toda la variedad de cervezas belgas (son un montón).

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13. LA CERVEZA

En el apartado de las bebidas, la reina indiscutible es la cerveza artesana. Hay registradas más de 300 variedades a nivel nacional que todavía se resisten a caer en las garras de la globalización, porque su producción es limitadísima, tanto que muchas de ellas solo pueden probarse en las propias abadías en las que se producen o en los bares que las comercializan. Uno de los templos por excelencia es el archiconocido Delirium Tremens. ‏

Cartel del local A la Mort Subita.

A la Mort Subita

15. OTRAS BEBIDAS

‘Half and half’ es otra bebida estrella, menos conocida pero muy típica en locales míticos como A La Mort Subita, un old fashioned muy recomendable (y que también destaca entre los imprescindibles para probar cerveza). Esta ‘mitad y mitad’ se trata de una bebida hecha con media medida de vino blanco y media de champagne. Sí o sí, hay que probarla. ‏Por no hablar de las ginebras, que se cuentan por centenas en todo el territorio, con multitud de sabores e incluso de texturas. Su fama es tal que hasta podrían competir con la cerveza por el trono de bebida nacional, aunque están lejos de alcanzarla. Pero entre ambas, más que rivalidad, lo que hay es hermanamiento, como demuestra el conocido ‘submarino’, un combinado a base de cerveza con un chupito de ginebra en el interior.

Con todo lo que la gastronomía belga tiene por ofrecer, esperamos que ya estés haciendo las reservas pertinentes. ¡A disfrutar!

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