“Si salgo de esta, atravesaré Francia a pie”. Es la promesa que Pierre (Jean Dujardin, The Artist) se hace en Mi camino interior (estreno en cines 5 de abril), de Denis Imbert, desde la cama del hospital.
Pierre es un escritor de viajes, un hombre libre, un escalador, caminante, explorador de montañas y senderos complejos y apartados. Pierre está inspirado y basado en el escritor Sylvain Tesson, autor conocido, querido, premiado y superventas en Francia. Él también tuvo un accidente, una caída desde el balcón de una casa en una de esas escaladas espontáneas que solía hacer, después de meses en el hospital, un coma inducido, perder la movilidad en la mitad del rostro, el gusto y el oído, se prometió volver a caminar, y hacerlo solo, y atravesar Francia a pie. El resultado lo escribió en Sur les chamins noirs y sobre ese libro, Denis Imbert y el escritor Diastème crearon a este Pierre y su travesía de redención.
La diagonal del vacío la llaman. Desde el macizo de Mercantour, en el Valle de las Maravillas, llegando hasta el Macizo Central, cruzar el Loira hacia el Canal de la Mancha por los acantilados de La Hague y llegar hasta el mar. 1.300 kilómetros solo, a pie, durmiendo bajo las estrellas, sin tienda, vivac, hogueras, senderos ocultos, intransitados, “lejos de los ruidos de la ciudad”, buscando los silencios.
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Imbert define Mi camino interior como “un estado, un intersticio, un tiempo detenido de un hombre que atraviesa un país. Es un libro y por tanto una película sobre reparación”. “Al preguntarle a Sylvain cómo resumía su libro, me dijo que era una conversación entre un paisaje y un rostro”, explica el director que empezó a pensar en esta película en el confinamiento cuando el deseo de reconectar con la naturaleza nos invadió. “Tan pronto como caminamos, cuando estamos solos, somos introspectivos. Es un viaje interior. Sylvain Tesson habla de energía errante”.
Pero Pierre no es un vagabundo, no vaga, sigue un plan y sigue sus mapas. Hay que “creer en las promesas de los mapas”, dice su voz en off. Esos que le muestran caminos por laderas y crestas, pegados a ríos y entre árboles, que le descubren llanuras detrás de zarzas, y conectan pueblos abandonados en los que va encontrando los pocos otros personajes del filme y que, en muchos casos, son personas reales interpretándose a sí mismas, como el granjero, a quien Imbert conoció en su viaje de localización, haciendo parte del camino (en coche y a pie) que luego recorrerían en rodaje.
LA FRANCIA VACÍA
Recorren la “geografía alternativa” sin querer conquistarla, sólo hacerse uno con ella. Sin molestarla. Rodaron entre finales de verano y principios de noviembre. Cuando el calor asfixiante va desapareciendo y aún no han llegado las heladas, pero hay lluvias y viento y el día se va acortando.
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La luz, el sonido y el paisaje son tan protagonistas como el propio Jean Dujardin sino más. “Como alguien que ama la naturaleza en el sentido cinematográfico del término, definitivamente no quería hacer una postal”, explica el director. “Estaba prohibido filmar a una guía turística de Francia o a la Oficina de Turismo de Larzac. Mi obsesión era la naturaleza como material, que el personaje desapareciera en el paisaje”.
Son tomas largas viendo a Dujardin ascender en directo, sufrir, “es un viaje de dolor”, dice el actor. El dolor del personaje y el dolor físico que él sufrió en ese esfuerzo que le pareció poco. “Salimos con cierta frustración. Por muchas razones. En primer lugar, porque en realidad, obviamente, no hice los 1.300 kilómetros a pie de la historia. No debí exceder los tres o cuatro kilómetros diarios. Recorrí regiones magníficas, pero en coche [risas]”, cuenta el actor de The Artist. “Me sentí como si estuviera en mí mismo cuando en realidad todavía estaba en el equipo. Me hubiera gustado hacer esto solo y sin duda lo haré algún día”.
EL CAMINO
Los paisajes imponentes y pueblos modestos compiten con Dujardin. Y ganan. Esa Francia vacía que dan ganas de recorrer también algún día con estos lugares destacados. Km. 17 - Valle de las Maravillas, Macizo de Mercantour. Km. 45 - Barros de L’Illion. Km. 102 - Valle de Var. Km. 130 - Broux. Km. 239 - Montaña de Lure. Km. 310 - Séguret. Km. 357 - Vallon-Pint-D’Arc. Km. 525 - Río Truyère. Km. 543 - Plomb du Cantal. La Creuse. Km. - 658 Sendero de los Poetas. Km. 682 - Bourganeuf. Km. 715 - Ardentes. Km. 772 - Loira. Km. 834 - Playa de Vieille Église. Km. 1.127 - Monte Saint-Michel. Km. 1.302 - Cabo Nez de Jobourg. Fin de trayecto. Comienzo de otro viaje. Aún quedan senderos ocultos. Siempre quedan.
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