Hay lugares que no tienen un solo momento malo, y Maldivas, el grupo de islitas del océano Índico tan conocido por su clima tropical y sus aguas cálidas todo el año, merece la pena en cualquier estación.
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El archipiélago, con sus más de mil islas, se extiende como una constelación por las aguas cristalinas. Con solo 200 de ellas habitadas, es un remanso de paz, un lugar en el que buscar intimidad, naturaleza en todo su esplendor, unos atardeceres preciosos y la atención perfecta.
Durante mucho tiempo, ha sido el destino por excelencia para lunas de miel, pero la apertura de varios hoteles nuevos ha ido transformando la experiencia en Maldivas, abriéndola a otro tipo de viaje, en solitario y en familia. Y es que con unas temperaturas ideales que apenas varían, unas playas impecables, los hoteles de diseño y los excelentes restaurantes, no es fácil buscarle pegas a Maldivas como destino para huir del frío en invierno.
¿CUÁL ES LA MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR A LAS MALDIVAS?
Aunque este viaje merece la pena en cualquier momento, es difícil encontrar mejor antídoto para el frío y la falta de luz del invierno. Lo tiene todo: más de ocho horas de sol al día, una temperatura media de unos 28°C, océanos llenos de vida y algunos de los hoteles más sofisticados del mundo.
Además, la estación seca de Maldivas, aunque sigue siendo cálida por la cercanía al ecuador, no tiene los fuertes vientos, la humedad ni las lluvias torrenciales propias del monzón de verano, que ocurre entre mayo y octubre.
Es por esto que la temporada alta de Maldivas es entre diciembre y abril, época de cielos despejados y tardes templadas y apacibles. También es un momento perfecto para el buceo debido a las corrientes que entran desde el noreste, que ofrecen una visibilidad mayor, en especial en los atolones del este. Se pueden avistar tiburones ballena y mantarrayas, en especial entre agosto y noviembre.
Noviembre y abril son meses intermedios entre la temporada alta y la baja, y los precios, tanto de vuelos como de hoteles, suelen reducirse bastante en comparación con las vacaciones de Navidad. Es el momento perfecto para disfrutar de todas las ventajas de la estación seca, ahorrar y disfrutar de las playas paradisíacas sin aglomeraciones.
EL INVIERNO EN MALDIVAS
Sumergirse en las aguas del archipiélago es una experiencia mágica, ya sea con equipo de buceo completo o haciendo esnórquel cerca de la orilla. La fauna marina es variada y fascinante, desde los corales, anémonas y nudibranquios de colores sorprendentes hasta las dóciles y confiadas tortugas.
Las mantarrayas y tiburones ballena, imponentes pero inofensivos, son espectaculares de ver en su hábitat natural, en especial en este lugar, uno de los mejores del mundo en cuanto a visibilidad. Muchos resorts tienen biólogos marinos en el equipo cuya labor es informar y enseñar a cuidar el entorno, ofreciendo a gente de todas las edades oportunidades únicas de comprender mejor los ecosistemas marinos y de influir de forma positiva en su conservación.
Dejar atrás el frío es agradable siempre, pero aún más desde una casa privada directamente sobre el agua, disfrutando de una piscina junto al mar o caminando por arenas blancas junto a aguas cristalinas. Hay zonas poco profundas en las que flotar despreocupadamente, rincones apartados perfectos para un picnic y terrazas privadas en las que disfrutar de experiencias gastronómicas sin igual. Los centros de bienestar y los spas con tratamientos especializados tienen todo lo que necesitas para entregarte de verdad al ritmo relajado de unas vacaciones tropicales.
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NAVIDAD Y AÑO NUEVO EN MALDIVAS
La mejor época para viajar a las Maldivas para quien quiere huir del invierno septentrional es ese momento antes de que empiece la temporada alta, pero la Navidad, incluso teniendo en cuenta la subida de los precios y la mayor cantidad de gente, también tiene su encanto.
Aunque las tradiciones propias de Maldivas no son exactamente como las Navidades (el festival Jaafay es la tradición de esta época, una oportunidad para reunir a comunidades de diferentes islas), los hoteles se encargan de montar una fiesta que te haga sentir como en casa. Hay detalles diferentes, eso sí, como que Papá Noel no llega en trineo sino en hidroavión o en moto de agua.
Pese al ambiente relajado y apacible general, saben animar a la gente: el Gili Lankanfushi, por ejemplo, inaugura la temporada con una pequeña ceremonia para encender los árboles de Navidad, The Nautilus organiza talleres de gorros de Papá Noel para niños y en Joali hay regalos para niños y adultos.
Se proyectan películas navideñas al aire libre, en la playa, y el Año Nuevo se celebra bajo las estrellas. Con actividades así, hasta quien haya viajado para intentar huir de todas las responsabilidades que traen estas fechas acabará contagiándose un poco del espíritu navideño.
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Este reportaje fue publicado en noviembre de 2021 en Condé Nast Traveler UK