Los cafés escondidos del Paseo de Gracia de Barcelona

La emblemática avenida del Eixample de Barcelona esconde tres lugares donde es posible desconectar del agitado ritmo de la ciudad.
Syra Paseo de Gracia Barcelona
Mirko Arapovic

Las asombrosas fachadas modernistas de principios del siglo XX engalanan la histórica avenida Paseo de Gracia de Barcelona. Las baldosas hexagonales diseñadas por Gaudí y las farolas de hierro del arquitecto Pere Falqués conviven con tiendas de lujo, boutiques centenarias y suntuosos escaparates.

Antiguamente, el Paseo de Gracia comunicaba la Barcelona amurallada con la villa de Gracia y fue el lugar donde la burguesía de la época comenzó a instalar sus residencias. El Paseo de Gracia se convirtió en el punto de encuentro predilecto de la aristocracia y la burguesía catalana. A las familias acomodadas les gustaba exhibirse y pasear por el bulevar. Era una forma de afirmar su estatus.

Hoy en día, las amplias aceras del Paseo de Gracia marcan el ritmo agitado en el que se mueven los barceloneses y sus visitantes. Para desconectar de ese ritmo acelerado en el que está inmersa esta parte de la ciudad, encontramos tres espacios donde es posible hacer una pausa. Se trata de tres oasis de tranquilidad, tres cafés con distintas personalidades distribuidos a lo largo de la gran avenida.

Café Vienés.Mirko Arapovic

CAFÉ VIENÉS: LA LEYENDA

Al ingresar por sus puertas originales de principios de 1900 nos trasladamos en el tiempo. Un aroma amaderado e intenso, con toques especiados y de bergamota, puede percibirse en el ambiente. El gran salón, iluminado de forma natural por sus enormes ventanales, deja ver sus columnas de mármol rosa con relieves florales y una lámpara dorada instalada como una gran medusa en la parte central del techo.

El Café Vienés (Paseo de Gracia, 132) se sitúa en la planta baja de la elegante Casa Fuster, frente a los Jardines de Salvador Espriu, donde comienza el barrio de Gracia. El mítico edificio modernista, que actualmente alberga el Hotel Casa Fuster, fue construido en 1908 y diseñado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, el mismo que concibió el Palau de la Música Catalana, entre otras importantes obras modernistas.

La historia del lugar se remonta al momento en el que el empresario mallorquín Mariano Fuster i Fuster conoce en Barcelona a Consuelo Fabra i Puig, hija del Marqués de Alella. Fuster quería regalarle una casa a su esposa y decidió comprar el edificio. En 1905 obtuvieron los permisos necesarios para demoler la antigua construcción y levantar la espectacular residencia.

Debido al altísimo gasto en la construcción de la casa, la Familia Fuster i Fabra tuvo que mudarse a principios de los años veinte. A partir de entonces el espacio que hoy ocupa el Café Vienés tuvo distintos usos: desde pequeños negocios como una barbería y un colmado, hasta un gran salón de baile conocido como “El Danubio Azul”. Es a partir de los años cuarenta que el lugar se convierte definitivamente en el histórico Café Vienés.

Los sillones envolventes de terciopelo granate y las lámparas de bronce de brazos alargados resaltan la personalidad distinguida del Café Vienés, punto de encuentro de artistas e intelectuales. Hoy en día sigue siendo un lugar muy especial, aunque con precios bastante elevados. Los jueves al final de la tarde hay música jazz en vivo.

Faborit.Mirko Arapovic

CAFÉ FABORIT: EL ENCUENTRO

Antoni Amatller, nieto del maestro chocolatero Gabriel Amatller, compró en 1898 un antiguo edificio en el corazón del Paseo de Gracia para convertirlo en su nueva residencia. El trabajo de remodelación y transformación del inmueble estuvo a cargo del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.

La fachada de la Casa Amatller (Paseo de Gracia, 41) es única y pintoresca. Está cargada de simbolismo y de elementos decorativos inspirados en el gótico catalán. Destaca sobre todo por su remate escalonado, una característica arquitectónica en la cual la parte superior de un edificio presenta niveles o pasos ascendentes en lugar de tener una línea recta.

Al ingresar a la casa se accedía a un impresionante vestíbulo que llevaba a una gran puerta de vitrales donde se encontraba el garaje y que servía como acceso a las cocinas y habitaciones del servicio. En la actualidad, este espacio ha sido renovado respetando los lineamientos del diseño original y es donde funciona el café Faborit.

Además del delicioso chocolate caliente elaborado con la receta original de Chocolates Amatller, Faborit ofrece café de calidad, zumos naturales y una cuidada selección de bollería artesanal. El espacio, acogedor y luminoso, nos conduce hasta una terraza secreta recientemente reformada.

En el fondo, pasando la terraza, encontramos el Centre d'Art Amatller, dedicado a los orígenes del modernismo y de la Barcelona actual. La propuesta de este centro de arte combina la inmersión de proyecciones audiovisuales y realidad virtual con la museografía tradicional.

Lo interesante del café Faborit es que, si bien el edificio Amatller se ubica al lado de la Casa Batlló –epicentro del turismo en Barcelona–, el café ha sabido esquivar a las masas de visitantes que pululan el área y más bien atrae a la gente local. Faborit emerge entonces como un lugar de encuentro de la gente del barrio y de los barceloneses que circulan por la zona.

Syra.Mirko Arapovic

SYRA COFFEE: EL FASHIONISTA

En la esquina del Paseo de Gracia y Gran Vía se encuentra el edificio Generali. Este enorme complejo de 16 plantas fue construido entre 1946 y 1949 bajo la dirección del arquitecto Lluís Bonet Garí. El edificio, cuyo diseño está influenciado por la Escuela de Chicago, acogió el antiguo Banco Vitalicio y hoy alberga la tienda de ropa H&M más grande de España.

Sus altísimas puertas doradas, custodiadas por dos estatuas de piedra de Montjuïc, nos dan la bienvenida. Una gran escalera de mármol blanco nos conduce hacia la primera planta del edificio. Allí, escondido entre maniquíes y estantes de ropa, se encuentra Syra Coffee, un pequeño oasis de tranquilidad en medio de la concurrida tienda.

Syra Coffee empezó en 2015 con una pequeña tienda en la calle Siracusa del barrio de Gracia, y con la misión de democratizar el buen café. Su propósito es acercar el café de especialidad a todos por igual y no solo a unos cuantos. Utilizan granos 100% arábica que provienen de pequeñas fincas de familias caficultoras y cooperativas alrededor del mundo, principalmente de América Latina y África.

Disfrutamos de un flat white sentados en la terraza de la tienda, entre helechos de plantas tropicales y cómodos bancos acrílicos de colores vibrantes. En el interior hay también un pequeño espacio para sentarse, con mesas y asientos fabricados con materiales reciclados.

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Ya sea que estén escondidos en elegantes edificios modernistas o en el interior de enormes tiendas de ropa, estos cafés del Paseo de Gracia funcionan como refugios de tranquilidad lejos del bullicio y el ajetreo urbano. Su atmósfera única y acogedora nos permiten desconectar un momento y relajarnos bebiendo un buen café.

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