La ciudad del futuro se piensa, pero también se come

Cada vez son más las voces que reflexionan hacia dónde debería ir el concepto de ciudad.
La ciudad del futuro
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¿Qué es exactamente una ciudad? Dice la Real Academia que es un “conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas”. Sin embargo, quien habita en una bien sabe que es mucho más. Es también esa tarde en el teatro, el cañeo en el bar de abajo o un picnic en el parque. Pero también los atascos, la contaminación, el ruido o la hora punta en el metro.

Toda ciudad tiene sus pros y sus contras, y el urbanismo, por traer de vuelta a la RAE, dice de él que es el “conjunto de conocimientos relacionados con la planificación y desarrollo de las ciudades y, por extensión, de otros núcleos de población”. Sin embargo, aunque los planos resulten fundamentales para el devenir de un espacio, no son los edificios y las calles los que rigen cómo es una ciudad, sino esa población “densa y numerosa” que la habita. Es el ser humano el que, con sus decisiones, apuesta porque esa ciudad sea más o menos agradable en su día a día.

Son cada vez más los estudios de arquitectura que demuestran que otra forma de entender las construcciones y el urbanismo son posibles: techos verdes, energía solar, apuesta por el carril bici y la peatonalización o los propios huertos urbanos son algunas de las soluciones a pequeña escala que, no sin esfuerzo, se han ido colando a cuentagotas en las ciudades. Aún queda mucho y hay poblaciones que miran hacia otro lado; sin embargo, también hay otras que resultan un ejemplo a seguir. Es el caso de Valencia, ejemplo por antonomasia de una población que mira hacia el futuro. Nombrada Capital Verde Europea para 2024, la ciudad del Turia suele ser número uno frecuente en ciudades con mejor calidad de vida. Entre sus beneplácitos con el habitante: kilómetros interminables de carril bici, la protección legal de la huerta o el concepto de la ciudad de los 15 minutos.

Valencia: una ciudad de 15 minutos.Visit València

Decía Norman Foster ya en 2009 que “la sostenibilidad del planeta no es moda, es supervivencia”. El que es uno de los arquitectos más influyentes del mundo fue uno de los primeros en sumarse a la arquitectura verde. Hace un par de meses presentaba el nuevo máster en Ciudades Sostenibles que impartirá su Norman Foster Institute y en la presentación señalaba que una ciudad ideal es aquella que "consume menos energía, que es buena para el planeta y que resulta deseable en términos de que la gente quiera visitarlas o vivir en ellas con sus familias”.

¿Cumple tu ciudad con esta descripción? Y es que los datos abruman. En 2050 dos de cada tres personas vivirán en ciudades y las urbes serán las responsables del 70% de las emisiones de CO2 en el mundo. Si no es ahora cuando hay que reflexionar sobre la ciudad del futuro, dime tú cuándo.

UN MENÚ PARA REFLEXIONAR SOBRE LA CIUDAD DEL FUTURO

Hace unos meses visité Budapest y descubrí por casualidad un restaurante que ha hecho de esta reflexión su motivo de existencia. El menú Metropolis de Onyx Mühely es algo efímero, pero de lo más sorprendente. ¿Cuándo te has comido una ciudad?

El menú Metropolis de Onyx Mühely.Rebeka Szomor

Hay veces que toca parar, sentarse a pensar y reconducir el camino. La carrera de este restaurante que fuese el primer dos estrellas Michelin de la capital húngara iba viento en popa, pero en el 2020 hubo un momento en que el equipo decidió dar un martillazo en la mesa. Literalmente. Porque tras una Última Cena, los invitados al banquete terminaron con un martillo como último plato que utilizaron para demoler ladrillos y hormigón. Esta demolición simbólica fue seguida de un cierre donde se remodeló el espacio y nació el concepto que realmente querían trabajar: una filosofía realmente centrada en la sostenibilidad.

Buscaban una “metamorfosis”, un nuevo camino que “con la creatividad del presente, transformar el futuro”, y el resultado ha sido un menú de taller conceptual, servido en una mesa común para 16 comensales como máximo, donde la experiencia es un viaje en metro en que uno decide en qué parada se quiere bajar.

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Metrópolis, como su nombre ya anuncia, es un homenaje a Budapest, pero su mensaje se puede ampliar a cualquier ciudad del mundo. ¿Cómo quieres vivir tú? Con una técnica infalible y un mensaje especialmente potente, este menú conceptual abre la puerta a la dualidad de las ciudades actuales. ¿Dónde prefieres bajarte: en “jungla de hormigón” o en “ciudad-jardín”?

¿Continente o contenido?Milán Rácmolnár
Su menú es 100% orgánico.Milán Rácmolnár

Y es que el menú invita a escoger entre varias bifurcaciones. Así, frente a “jungla de hormigón”, donde los ingredientes aparecen encapsulados en el centro de un plato hondo; en su antagonista la parte comestible se presenta en el mismo plato pero dado la vuelta, ocupando la receta los bordes en una holgada presentación.

En su menú dicen querer mostrar la belleza de los contrastes de la vida urbana. Sin duda lo consiguen. Así, sus trece paradas son elogios culinarios que se inspiran en los matices, en el “bocinazo” o en el “trinar” de los pájaros. En este menú te bajas también en “luces de neón”, en “callejón” o en una “casa con jardín”. Porque la idea es mostrar las variopintas caras de una ciudad, esa que, también, se vive de noche, “con luces de neón”, o de día, con un buen madrugón y el “brillar del sol”.

A medio camino entre restaurante y experiencia, Onyx Műhely ha conseguido un contundente canto a la reflexión. Porque mientras comes, piensas en qué lado de la ciudad quieres vivir.

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