Equipos de fútbol que moldean ciudades (o barrios)

Vallecas, Marsella, Liverpool… Aún hay ciudades, barrios y equipos en los que el fútbol moldea, une y hace saltar la chispa.
Equipos de fútbol y ciudades
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Si echamos la vista unos años atrás, tampoco muchos, vendrán a nuestra memoria imágenes en las que las ciudades se engalanaban de los colores de sus equipos de fútbol cuando había partido. Al estadio acudían familias enteras, amigos, daba igual si les gustaba el deporte o no, porque el fútbol era comunidad. Se integraba en la ciudad.

Hoy el fútbol ya es otra cosa: algo que tiene que ver más con el dinero y con el poder que con el juego. Cada vez tiene menos fuerza para moldear lo que ocurre en las ciudades y una clara muestra de ello es que los estadios se construyen lejos de sus centros. Las víctimas de todo ellos, sus aficionados. Sin embargo, todavía quedan algunos equipos en los que esa magia sigue viva.

Panenka

Ciudades y barrios en las que el conjunto local tiene mucho peso y, con él, el poder de seguir uniendo a la gente. Un acto revolucionario en las actuales sociedades occidentales, donde la individualización es cada vez mayor.

Equipos de fútbol como los recogidos por Ignacio Pato en Grada Popular, libro en el que el periodista explica ocho aficionesLiverpool, AEK, Nápoles, Velez Mostar, Olympique de Marsella, Rapid Viena, Besiktas y Rayo Vallecano– en las que el fútbol sigue funcionando como pegamento social. En Condé Nast Traveler le hemos preguntado cómo es esta relación en cuatro de ellas.

MARSELLA: DONDE LA CIUDAD Y EL EQUIPO FUNCIONAN AL MISMO RITMO

Marsella es el mejor ejemplo de cómo se complementan equipo y ciudad. El exjugador Andoni Zubizarreta, quien también fue director deportivo del conjunto francés, definió al Olympique de Marsella como un tobogán de emociones. Algo que resulta bonito en esta era en la que todo parece muy plano. Con la ciudad pasa algo similar: aquí la mirada del turista siempre va a fijarse más en lo llamativo. Es decir, en el caos del tráfico, en si hay más ruido que en el lugar de origen… Pero es curioso que según más la visitas, más te vas habituando a esos parámetros. Al final te das cuenta de que en ella hay una pauta, igual que pasa con el equipo.

LIVERPOOL: LA LUCHA ENTRE EL FÚTBOL Y LA CIUDAD

En tiempos de desclasamiento social, me sigue impresionando que en Liverpool siga perviviendo el orgullo de clase. Algo que se ve en el espíritu comunitario, en la intención de ayudar al otro. Por ello creo que nada de lo que pasa en Liverpool es casualidad. Como que haya organizaciones como la Bill Shankly, nombre tomado del mítico entrenador del conjunto, que hace muchas cosas por la comunidad con el equipo de fondo.

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Como ayudar a los bancos de alimentos. Incluso Anfield, su estadio, está en uno de los distritos más pobres de todo el país. Un hecho que contrasta mucho con las noches mágicas europeas. Todo ese orgullo de clase, a las alturas del siglo en las que estamos, me parece muy sano. Si hablamos de ciudades, Liverpool es una urbe que más allá del fútbol recomiendo mucho visitar.

El estadio Besiktas en Estambul.Alamy

BESIKTAS: EL EQUIPO DE BARRIO CON VOCACIÓN GLOBAL

Este es un caso muy llamativo, ya que Besiktas es uno de los lugares más populares de Estambul. Aunque no es fácil ver esta ciudad entera, hay que ir allí para conocer esa parte más popular. Hace unos años, en la junta directiva del equipo hubo un intento de hacer que este club de barrio tuviera una vocación global. Ese pensamiento de ser grandes viniendo de un barrio está emparejado con la idea de los clubs ingleses, como el Manchester o el Liverpool. Algo que es muy interesante en una ciudad como Estambul, que es un cruce de muchas culturas y sensibilidades.

RAYO VALLECANO: ORGULLO DE EQUIPO Y DE BARRIO

Aunque es difícil catalogar este equipo porque estamos muy familiarizados con él, no debemos olvidar que es un club de primera división que nació en la calle. En él se da muy claramente el conflicto que vive el fútbol actual. Es decir, el enfrentamiento entre una visión empresarial que intenta convertir el fenómeno en una especie de videojuego y una afición que no se da por vencida a la hora de defender lo que para ella es un orgullo de barrio. Muchos de sus trabajadores, jugadores y seguidores han comprendido lo que significa el equipo y cuando se produce esa la unión entre todos, prende la chispa y ocurre esa épica del fútbol que nos desborda y nos atrapa.

Orgullo de barrio.Getty

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