Si existieran los parentescos entre comarcas, el primo hermano del Matarraña y el Bajo Aragón sería el Alentejo portugués y la sobrina favorita la Toscana italiana.
Ese es el nivel de belleza –y de gastronomía de altura– que vas a encontrar en esta zona de aires puros y limpios, al norte de España, donde además, se cura uno más exquisitos jamones: el DOP Jamón –y la paleta– de Teruel, que identificarás por la estrella marcada a fuego, la pezuña y la vitola numerada. ¡Una auténtica joya culinaria!
Porque aquí, además de paisajes que alimentan el alma, alojamientos con mucho encanto y refugios de la alta gastromía, los productos de la tierra son casi que Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y al ser una de las empresas con más familias trabajando en ella, forma parte del ADN de esta comarca.
Y es que estos sabores tan elegantes solo se consiguen aquí–si no has probado este jamón es hora de que lo hagas en uno de esos desayunos con aceite de oliva virgen y pan de pueblo de la zona– porque son resultado de procesos artesanales donde se respetan los tiempos de la tierra y de sus animales, haciendo gala de una sabiduría ancestral. ¿Sabías que el frío de Teruel implica que estos jamones necesiten menos sal en los secaderos?
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Así que si eres de experiencias auténticas, ahí va este regalo: la comarca Matarraña sin perder de vista uno de sus productazos, el jamón blanco. Suelta toda la prisa que llevas a cuestas porque te vamos a llevar por callejas de piedra, senderos montañosos, pueblos medievales, pozas de aguas cristalinas… y ¡hotelazos! porque el lujo es esto: la pureza de una experiencia, mientras degustamos aquí y allá uno de esos jamones que no se olvidan.
Mientras recorremos las zonas del Matarraña, Bajo Aragón y sierras de Albarracín, Gúdar Javalambre y Jiloca, respirarás el mismo aire puro y fresco que los protagonistas de este territorio, estos cerdos que viven a gran altura, alimentados con cereales cultivados en estos mismo campos.
Una alimentación natural –aquí al cerdo se le ha cuidado con mucho mimo y buen trato siempre– que permite que la carne esté tan jugosa. La curación se realiza a una altitud de más de 800 metros… y de ahí su lema “Marcado a frío”. ¡Y qué bien sienta un aperitivo, con este aire puro, de Jamón de Teruel acompañado de alguno de los grandes vinos de la comarca!
La DOP Jamón de Teruel vive su segundo año de la campaña “Marcado a frío”, enmarcada dentro de un plan de promoción europeo de tres años de duración. Ayudado por los fondos de la Unión Europea, este plan tiene como objetivo dar a conocer aspectos claves como el territorio y la climatología, condiciones que convierten a este producto en algo inimitable. Gracias a la Unión Europea, la DOP Jamón de Teruel pretende reforzar aún más su presencia en el mercado nacional y posicionarse en la mente del consumidor como un jamón singular y sostenible.
DESPERTAR EN EL PARAÍSO
Arrancamos nuestra ruta gastrolúdica con el jamón blanco por bandera en un territorio donde la tradición de comer jamón se remonta a tiempos inmemoriales –hay quien asegura que a la prehistoria–: la comarca del Matarraña y el Bajo Aragón, cuya capital es la encantadora Valderrobres.
Por estas tierras el cerdo ha sido parte esencial de la gastronomía y son auténticos expertos. Precisamente la elaboración del jamón de Teruel nació de la necesidad de conservarlo durante un largo tiempo y han sabido respetar las tradiciones hasta convertirlas en un sello único en el mundo.
Por la zona hay tantos hoteles singulares –en medio de la naturaleza y a tiro de piedra de pueblos preciosos, en los que el Barroco dejó profunda huella– que es muy difícil elegir.
Entre nuestros favoritos están el Hotel La Torre El Visco, rodeado de bosque y silencio y con un restaurante único, El Visco, con una estrella Verde Michelin. Pero también lo es el hotel Torre del Marqués Hotel & Spa, cuyo restaurante es una mezcla de innovación y respeto por la tradición gastronómica local o el hotel Mas de la Costa, también muy cerca de Valderrobres o el hotel Consolación que en su día marcó el camino. En todos ellos se elaboran platos y se sirve el delicioso jamón de esta tierra.
Para cenar, nada mejor que otro de los lugares con más encanto de la zona, La Fábrica de Solfa, en Beceite, donde probar todas las delicias de la comarca, según temporada, desde la trufa negra, al cerdo D.O. Teruel, pasando por las setas, la galera, el ternasco o el bacalao.
RUTAS PARA RESPIRAR AIRE PURO
Podrás elegir hacerlo en alguno de los 1.000 km de senderos que recorren las Sierras de Gúdar y Javalambre, rutas señalizadas y tramos de otros itinerarios espectaculares como la Vía Verde de Ojos Negros, el Camino del Cid, la Ruta de los Guerrilleros o el Camino del Santo Grial.
Pero si en tu ánimo no está el senderismo, disfrutando de la arquitectura medieval de los pueblos que te rodean, algunos entre los más bonitos de España, como Valdrerrobres, Beceite, Calaceite, Cretas, Fuentespalda, La Fresneda… no te aburrirás.
Y ¡ojo! porque diseminados por todo este territorio, verás cómo campan a sus anchas los cerdos protagonistas de la gran materia prima de la comarca: la de la DOP Jamón de Teruel que vive su segundo año de la campaña “Marcado a frío”, enmarcada dentro de un plan de promoción europeo de tres años con el que se dan a conocer estas claves, como el territorio y la climatología, que convierten a este producto, un jamón singular y sostenible, en inimitable.
