La historia de Casa Quevedo es la historia de muchas mujeres de España. Detrás de ella se encuentra la vida de María Luisa Gómez, que tuvo que trabajar duro para sacar a su familia adelante en los años 50, haciendo lo que mejor sabía hacer: cocinar. Así fue como, con picardía y buena mano para los bizcochos, empezó a vender sus “vasucos” de leche bien fresca que ella y su marido preparaban, ya que en aquel entonces tenían vacas. Su forma de vender, alegre y dicharachera, en un pequeño local de la calle Río de Santillana del Mar, le fueron haciendo un nombre. Hasta día de hoy.
En los años 50 no existía el concepto de marketing pero ella lo entendió a la perfección. Se inventó un dicho que decía “quien no se tomase un vasuco de leche y un bizcocho, no se casaba”. Y vaya si tuvo éxito. En la actualidad, María Luisa ya no puede despachar sus vasos de leche pero sí su hija Leonor y nietos que trabajan a destajo sirviendo a numerosos turistas, sobre todo en verano, cuando largas colas se plantan frente a la puerta de su obrador y pueden llegar a vender unos 250 vasos de leche al día. Turistas locales e internacionales no quieren perderse esta tradición.
Santillana del Mar es famosa por muchas razones, como ya sabemos, pero también gracias al Obrador Casa Quevedo, que ha puesto en el mapa la leche con bizcocho, un desayuno o merienda de los de toda la vida. Aunque, tal y como explican a Traveler.es sus dueños, no existen horas en este negocio, vendemos leche con sobaos durante todo el día. “Aquí siempre hay gente”, nos explican. Sobre todo, turismo internacional, italianos y franceses, y después el local, del norte de España y muchos andaluces.
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EL VASO DE LECHE Y SU ACOMPAÑAMIENTO
En los inicios del obrador, la leche venía de las vacas familiares, ahora, sin embargo, llega de las granjas de la zona de Cantabria, una de las mejores en calidad lechera del mundo. El cartel de la entrada ya lo dice bien claro: “nuestra leche es leche natural de vaca hervida y fresca”. Obviamente es una leche con sabor fuerte, que nada tiene que ver con la comercial, quizá por eso también es tan especial.
Mientras que el bizcocho guarda una receta secreta que solo conocen ellos. Leonor, que lleva más de 60 años frente al negocio dice que “absorbe la leche como si fuera un vampiro, porque es esponjoso”. Todo es casero y se pueden comprar pequeñas porciones para acompañar a la leche; todo por un módico precio de unos 2,50 euros.
Y no solo tienen bizcocho, sino también otros dulces como el sobao o la quesada pasiega, un postre típico de la comarca de los Valles Pasiegos, en Cantabria, realizado a partir del cuajo de la leche, mantequilla y azúcar.
¿Te mueres por probar la leche de Casa Quevedo, verdad? Este obrador está prácticamente abierto todos los días de 09.00h a 21.00h.
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