BRAFA 2024: escapada a una Bruselas llena de arte

Son días perfectos para viajar hasta la mágica capital de Bélgica y disfrutar de una escapada de lo más cultural.
Febrero en Bruselas Surrealismo a la venta en BRAFA Magritte y un visionario viens
Olivier Pirard

BRAFA 2024 ya está aquí. La importancia del mercado de antigüedades belga, con sus buques insignia en Sablon, dio origen a una de las ferias de arte más prestigiosas de Europa. Como toda feria, BRAFA ofrece al visitante la fantasía de transformarse en coleccionista por un día (real o imaginario, en función de su corriente).

En esta edición se cumplen 100 años del Primer Manifiesto Surrealista y, para la ocasión, se ha situado bajo los focos a Delvaux, maestro belga de lo onírico. En sus obras, los desnudos pasean entre templos griegos y trenes que se hunden en la oscuridad.

Tapiz del cubista Fernand Léger en BRAFA.Olivier Pirard

Una evocadora puesta en escena sirve de marco a las piezas del artista que se ofrecen a la venta, como La ciudad lunar (Boon Gallery) o El verano (Francis Maere Fine Arts). Pero no solo Delvaux puebla los pabellones. También se exponen obras de su contemporáneo Magritte, de Dalí, así como un extraordinario óleo de De Chirico, Piazza d’Italia con Arianna (Repetto Gallery).

Más allá de la escena surrealista, si el coleccionista por un día dispone de espacio en su salón, podrá inclinarse por un monumental aparador de marquetería del siglo XVII (Zebregs & Röell). Si su hija se casa próximamente tendrá a su disposición una fastuosa tiara de zafiros y diamantes, procedente de una familia de la nobleza alemana (Pauline’s Jewelry Box). Y si quiere darle un toque de color a su decoración, optará por la alegre Red-Blue chair del holandés Gerrit Rietveld (Van der Buinhorst), relacionada con las obras de Mondrian, o quizás por un tapiz del cubista Fernand Léger (Galerie Hadjer).

'El verano', Paul Delvaux.Cedric Verhelst
Tiara de zafiros y diamantes de una familia de la nobleza alemana (Pauline’s Jewelry Box).BRAFA

Si es de gusto clásico, pensará que un buen retrato de un maestro o, en este caso, de una maestra, Lavinia Fontana (Galería Nicolás Cortés), siempre queda bien en la entrada. Si, en cambio, su espíritu es lúdico, alineará en su pasillo, sin duda espacioso, una serie de muñecas de arte hopi (Galerie Flak), procedentes del pueblo que habitó el desierto de Arizona.

ESCAPADA CON MAGRITTE

Una ciudad como Bruselas es en sí ecléctica y, por ello, tiene el encanto de lo desordenado. Doy un ejemplo. Sí en París, en Roma, o incluso en Londres, no es difícil orientarse sirviéndose de algunas referencias visuales, en Bruselas es tarea imposible para el viajero novato hacerse una idea de dónde se encuentra en el mapa, en ausencia de un navegador. La Grand Place y sus moules et frites, los anticuarios del elegante Sablon, el barrio europeo y los rascacielos del distrito financiero, dan la impresión de contener ciudades aisladas que no comparten entre sí más que el nombre. Su oferta cultural es reflejo de este carácter y en caso de lluvia, o si las ráfagas de viento barren la ciudad, un museo es un buen refugio.

El Museo Magritte, situado en pleno centro, no lejos de la Grand Place, reabrió sus puertas tras su renovación, en octubre de 2023. Para nuestro coleccionista imaginario, la visita es una buena oportunidad para explorar el universo de un artista que ha encontrado en varias galerías de BRAFA.

'Le retour', René Magritte. Una de las obras que esperan en el Museo Magritte.J. Geleyns / Ro scan

Quienes visitaron la exposición que le dedicó el Museo Thyssen en 2021, saben que es fácil disfrutar de la obra de René Magritte. Sus símbolos: el personaje con traje oscuro y bombín, siempre de espaldas, la manzana, la paloma, y ese cielo tan fácilmente reconocible, forma parte de un imaginario heredado del siglo XX. Las nuevas instalaciones del museo permiten un acercamiento íntimo a su universo.

Magritte concebía sus piezas como “cuadros pensantes”. En cada una de ellas creaba una paradoja cuyo fin era provocar un choque en la percepción del observador, cuestionar la realidad e incitar a la reflexión. En el museo, más de 230 obras ilustran las diferentes etapas de su trayectoria, pero quizás sean más interesantes las fotografías y vídeos que nos hablan del personaje, del niño herido por el temprano suicidio de su madre, del ciudadano de clase media que negaba la realidad en la afirmación: esto no es una pipa.

Ver fotos:los 10 mejores museos de España

PASEANDO CON UN VISIONARIO

Volvemos a BRAFA, donde la galería Bernard de Leye expone una delicada caja de plata y ágata, firmada por Joseph Hoffmann. El coleccionista por un día se ha detenido ante ella y la ha añadido a su lista. Por ello, sin duda, la muestra dedicada a este visionario arquitecto en el Museo de Arte e Historia, despierta su interés.

Tras un día en BRAFA 2024, descubrir el diseño de Joseph Hoffman es una guinda perfecta.Martin d'Aldin
Joseph Hoffman en el Museo de Arte e Historia de Bruselas.Martin d'Aldin

La exposición, envuelta en una escenografía art decó, nos devuelve al mundo del objeto. Hoffmann, de origen moravo (en la actual República Checa), siempre se consideró austríaco y, como tal, revolucionó la práctica del diseño y la arquitectura en Viena. Pasó por el Modernismo, y atravesó todas las tendencias que se sucedieron hasta la Segunda Guerra Mundial, sin abandonar un estilo personal, lúdico e innovador.

Quizás su obra más célebre sea el palacio Stoclet, que construyó entre 1905 y 1911, y que hoy es patrimonio de la UNESCO. Todo lo que cabía en el edificio de los Stoclet fue diseñado por él, desde las estructuras a los pijamas de los propietarios, pasando por el mobiliario, los cubiertos y las cortinas. Pero su labor no se limitó a la burguesía. Bajo el convencimiento de que la belleza mejoraba al hombre, creó, junto con Koloman Moser, la Wiener Werkstätte, agrupación precursora de la Bauhaus, cuyo objetivo era llevar el nuevo diseño a la clase media.

En la muestra, es fácil apreciar la ironía que Hoffmann proyectaba en sus objetos y edificios, de dudosa funcionalidad en algunos casos, y de inviable producción en otros. Lámparas, sillas, vestidos, casas y pabellones para Exposiciones Universales, hacen uso de lo clásico para hacerlo girar y convertirlo en algo sorprendente.

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler